Ante
los resultados del 6D
TOMAR LA OFENSIVA PARA AVANZAR
Gustavo
Márquez Marín
“….No le tengamos miedo a
la crítica, ni a la autocrítica. Eso nos alimenta, nos hace falta (…) Triste es
que nos quedemos callados, para que no me llamen piedrero (…) La autocrítica es
para rectificar, no para seguirla haciendo en el vacío. Es para actuar ya...”
Hugo Chávez Frías
Consejo de Ministro del 20.10.2012
I.
EL BALANCE CRITICO NECESARIO
Es sabido que cualquier proyecto
político requiere de un seguimiento y una evaluación crítica y autocrítica sistemática, por razones de
eficiencia y pedagógicas. Es en la acumulación
de experiencias y aprendizajes
construidos a partir de la reflexión permanente sobre la acción y la dinámica de la realidad que la
contiene, donde está la clave para abrirle viabilidad al proyecto político
revolucionario.
En ese sentido, quizás, una de las
evidencias más fehacientes de la falta del ejercicio de la crítica y la autocrítica como una
herramienta fundamental para darle viabilidad al proyecto revolucionario bolivariano, es la carencia de
balances sobre la participación en los procesos electorales en estos 17 años de revolución bolivariana, a
pesar de ser estos un laboratorio privilegiado para valorar la relación de
fuerzas, el nivel de penetración del discurso político y la praxis revolucionaria, en los distintos
sectores de la sociedad. También para
medir hasta qué punto hemos
avanzado en la construcción de la hegemonía política y cultural del polo transformador. Se gane o se pierda, el evadir o diferir el balance crítico con la excusa que al hacerlo se le daría armas al enemigo,
podría condenarnos a repetir errores y a quedar atrapado en un activismo pragmático
sin una orientación estratégica. No se trata solo de evaluar la pertinencia de
las políticas, tácticas y estrategias aplicadas en la coyuntura, sino también,
el despeño de los actores y responsables de gestionar y dirigir el proceso. El
balance es un hecho social no solo porque debe ser la resultante de la
participación colectiva y horizontal, sino porque su contenido tiene un
carácter social e histórico. Cuando además hay
responsabilidad de gobierno, y la consulta electoral abarca toda la sociedad,
la revisión crítica es un imperativo de la ética política revolucionaria.
Ojalá que en esta oportunidad, con motivo de las elecciones
parlamentarias 2015, se adelante un verdadero
balance crítico realmente participativo, amplio y profundo, con más razón si se
trata de la primera gran derrota
político electoral de la revolución bolivariana. En la ocurrida en el 2010, con motivo de la pérdida por escaso
margen el referéndum sobre la reforma constitucional,
no hubo un balance que explicitara y socializara las razones por las cuales hubo ese revés y las enseñanzas del mismo.
Se perdió esa oportunidad para aprender de la derrota, que fue una de las fórmulas
que hizo invencible el proyecto independentista que lideró El Libertador.
De cómo se asuma esta derrota y
las enseñanzas que surjan de la
reflexión colectiva dentro del chavismo, para rectificar en la gestión de gobierno,
del partido y en la construcción del Poder Popular, dependerá la suerte de la
revolución bolivariana.
II.
ANALISIS DE LOS RESULTADOS ELECCIONES
PARLAMENTARIAS 2015
Universo Electoral: 19.504.106
Total de Votantes: 14.022.267
(71.89 %)
Votos Válidos: 13.336.148 (95.11%)
Votos Nulos: 686.119 (4.89 %)
Abstención: 5.481.839 (28.11%)
ANALISIS
DE LOS RESULTADOS
AÑO
|
TIPO
|
GPP
|
MUD
|
BRECHA GPP/PSUV
|
2010
|
PARLAMENTARIA
|
5.451.422
|
5.877.648
|
-3.76
|
2013
|
PRESIDENCIAL
|
7.586.251
|
7.361.512
|
+1.50
|
2015
|
PARLAMENTARIA
|
5.615.300
|
7.720.576
|
-15.79
|
- Hubo una alta participación (71.89%). La abstención
fue de 28.11 % y probablemente fue al chavismo a quien afectó más, debido
a que la MUD solo aumentó su votación absoluta en 359.064 (4.88 %)
respecto de 2013, mientras que la votación del GPP decreció en 1.970.951
votos (25.98%), lo cual hace suponer que esta baja se debió
fundamentalmente a la abstención y al voto nulo.
- La MUD incrementó su votación de 2013 a 2015 en
359.064 votos, obteniendo el 57.89 % de los votos válidos.
- El GPP redujo su votación de 2013 a 2015 en
1.970.951 votos, pero obtuvo el 42.11 % de los votos válidos.
- Como las anteriores esta también fue una elección
polarizada enfocadas en lo nacional, a pesar de que su base electoral es
circuital. De hecho se convirtió en un medio para evaluar la gestión de
gobierno. A ello contribuyó la campaña mundial emprendida por la red
global de medios de la internacional de la derecha y la carencia de un
plan integral del gobierno para enfrentar la crisis económica. Por ello,
la atención de los electores no se centró en los candidatos a diputado,
sino en enviarle un mensaje claro de protesta o castigo al gobierno, por
no haber sabido manejar con éxito la crisis económica y la protección del
pueblo frente a la espiral inflacionaria, el desabastecimiento, el
contrabando, las colas, el bachaqueo y la acción de las mafias dentro y
fuera del gobierno que se han lucrado con la escasez, en algunos casos
programada pero en definitiva ocasionada por la falta de gobernabilidad y
la desmovilización del Poder Popular frente a la agresión diaria y
sistemática de los especuladores de oficio.
- La desmovilización electoral de un importante
sector del chavismo que condujo a la derrota del GPP, podría explicarse
por la desmoralización y desesperanza que generó en el mismo, su
percepción de la incapacidad del gobierno para enfrentar la crisis, debido
a la carencia de un plan integral, al burocratismo y la corrupción que
conspiran en su interior en contra de la gestión. A lo cual se sumó el rechazo al
nepotismo y al manejo en ocasiones antidemocrático del proceso de
selección de las candidaturas a la AN.
- En el balance crítico debe responderse entre otras
las interrogantes siguientes: Un amplio sector del chavismo se abstuvo,
otro votó con la oposición y otro votó críticamente por el GPP ¿Por qué? Para despejar esta incógnita
hay que releer las encuestas previas. En todas se expresaba un descontento
creciente de la población (70%-80%), incluyendo al sector chavista, debido
a los efectos de la crisis económica (inflación, escasez, colas). Ante
esta realidad surgen otras interrogantes: ¿En qué momento y por qué ese
descontento se convirtió en desesperanza para un grueso segmento de
chavistas que podría estar en el orden de los 2.0 MM? ¿Será por la
percepción de que el gobierno no tenía un plan para enfrentar la crisis y
la guerra económica? ¿Cómo influyó el desbocamiento de la corrupción y la
impunidad, especialmente cuando se conoció por denuncia de Jorge Giordani
y Edmee Betancourt, un defalco a
través de empresas de maletín de 20.000 millones de dólares CADIVI solo en
el año 2012, sin que se hayan castigado a los principales responsables?
¿En qué medida incidió el manejo vertical o autoritario y en ocasiones
nepótico que se le dio a la selección de los candidatos a la AN? ¿Hasta qué
punto influyó el fracaso y deterioro de las empresas del Estados y
proyectos socioproductivos promovidos por el Estado, destacándose el
fracaso de la política agrícola a pesar de enorme financiamiento que
recibió? ¿Cómo influyó la práctica del enroque y reciclaje permanente de
los altos cargos del gobierno y, la acumulación de responsabilidades en
los mismos, incluyendo su participación en la alta dirección del partido? ¿Cómo
influyó la intensificación del clientelismo aplicado especialmente en la
cercanía del proceso electoral? ¿Hasta qué punto influyó la
burocratización del partido y su funcionamiento solo como maquinaria
electoral? ¿Qué impacto tuvo el sentimiento popular de desprotección
frente a la voracidad de un capitalismo salvaje especulativo, cuya
antecedente fue la eliminación del INDECU o INDEPABIS? ¿Por qué no se ha
castigado suficientemente a las mafias que desde la administración pública
y empresas del estado, manejan el contrabando, la venta de cupos para
vivienda y pensiones del IVSS? La
respuesta a estas y otras interrogantes del mismo tenor deben surgir del debate
con vista a la depuración de la gestión pública, con base en el desarrollo
de una auditoría pública y
ciudadana y un cambio
radical en el modelo de gestión,
basado en la transparencia y el ejercicio efectivo de la contraloría
social.
- EL PRIMER PASO PARA ENFRENTAR LA CRISIS
ECONOMICA ES RECONOCERLA.
La no publicación de los indicadores macroeconómicos por el BCV mientras
el Presidente informaba del
comportamiento hacia la baja del precio del petróleo venezolano y anunciaba que
la debacle de los ingresos
petrolero, no influiría en la capacidad
financiera del Estado para garantizar
el abastecimiento de bienes y servicios,
la inversión social, las importaciones esenciales
ni afectaría el cumplimiento de los pagos de la deuda, generó en la población y
en los actores económicos, más que
sosiego, un sentimiento de incredulidad y desconcierto. La evidente falta de transparencia en el
manejo de la crisis económica, operó como un factor acelerador de las expectativas inflacionarias y del deterioro de
la imagen del gobierno, agravada por su
renuencia a aceptar la existencia de la
crisis económica y fiscal derivada de
la disminución abrupta de los ingresos petrolero y de su impacto inmediato en
la reducción de la capacidad de importación. La importación masiva de
bienes a través del convenio China-Venezuela para la Misión Vivienda, obras de
infraestructura, transporte, equipos electrodomésticos, electrónicos y el financiamiento líquido obtenido por esta
vía, creo la sensación de una supuesta “invulnerabilidad” del país frente a la
crisis económica, solo con el propósito de diferir la toma de decisiones
necesarias para enfrentarla, presumiendo que esto mejoraría la intención electoral hacia el
chavismo. Sin embargo, los resultados catastróficos del 6D evidenciaron que el remedio resultó ser peor
el remedio que la enfermedad y, el despliegue de donaciones y dádivas
en nada contribuyeron a revertir la tendencia de pérdida de respaldo electoral
del chavismo. Quizás ello tuvo que ver con el hecho de que generalmente la
decisión de la opción electoral, está ligada más a las expectativas que se
tiene del futuro que a un beneficio o situación circunstancial
o inmediato y el futuro está ligado a la confianza en ambos, el “piloto” y el
“plan de vuelo”. En todo caso, la promoción del consumismo a través del reparto
de recursos provenientes del endeudamiento o liquidación a futuro de activos
petroleros (China) en un momento de
dificultades económicas, no es precisamente la forma de generar una conciencia
basada en valores socialista para enfrentar una crisis de las dimensiones de la
actual. Se parece más bien a las prácticas clientelares cuartorepublicana
contra las cuales insurgió la revolución bolivariana.
Estamos frente a un
escenario económico caracterizado por una alta inflación y una desaceleración de la economía. Son
síntomas de estanflación que requiere
aplicar medidas correctivas urgentes. Todo dependen del manejo de los
correctivos que se tomen para detener la política monetaria expansiva y adelantar
una política cambiaria que corrija el
desequilibrio del tipo de cambio, en el contexto de un plan que contemple una
reforma tributaria integral, una corrección en las ineficiencias del gasto
público, sin comprometer la inversión social y una política industrial y
agrícola que impulse el desarrollo del Nuevo Modelo Productivo Endógeno Sustentable,
como puente para impulsar la transición al socialismo. Así como un fuerte
impulso a la economía social y comunal.
Si de lo que se trata es de rectificar, es fundamental comenzar por
reconocer que esta es una crisis del
modelo rentístico petrolero y que si bien la revolución permitió avanzar en el
rescate de la soberanía sobre los
recursos naturales y la independencia política, así como en la redistribución social de la renta petrolera
para reducir la pobreza y la exclusión social, no ha ocurrido los mismo con la superación de la economía
petro-dependiente. De hecho, se profundizó el modelo rentístico-importador,
creando mayor dependencia externa y mayor vulnerabilidad. Sin embargo, hay que ver la crisis como una oportunidad
para reestructurar la economía enfocándola hacia el desarrollo socioproductivo
endógeno sustentable e iniciar la marcha hacia la superación de la cultura
rentista y sus patrón de consumo asociado. Asumir esta etapa de la transición al socialismo como el proceso hacia la sociedad
postrentista enmarcada en el Programa de la Patria, en la cual coexistirán
distintas formas de propiedad y distintos modelos productivos, pero todos
enmarcados en el Plan Estratégico de Desarrollo Territorial. La dinámica
económica que afecta a todos los actores, sean
estos de la economía social o de la economía capitalista, está determinada por
su relación con el mercado interno y externo y, por las políticas económicas.
Estas tienen que conformar un todo coherente enfocado en facilitar y estimular
la inversión socioproductiva endógena y, en la elevación de capacidad
tecnología y productiva.
- TOMAR LA OFENSIVA PARA AVANZAR
En las actuales circunstancias la MUD, acicateada por el imperio y engolosinada con la mayoría calificada obtenida el
6D, se apresta a “gobernar” desde la AN para aplicar un “paquete
legislativo” neoliberal de doble
propósito diseñado siguiendo la cartilla del FMI. Busca crear una crisis política que desemboque en la renuncia o
la revocación del mandato del Presidente y, para avanzar en la transición hacia
la restauración de la IV República. La MUD
se quitó la máscara después del 6D al
develar su plan de abrir la economía al
capital transnacional, realinear
a Venezuela con la política exterior de
Washington, iniciar un nuevo ciclo
de privatizaciones de sectores estratégicos
incluyendo al petróleo y los servicios, revocar la estabilidad laboral, la reducción de la jornada de
trabajo y la retroactividad de las prestaciones sociales, minimizar la carga fiscal
sobre el capital, abrogar las leyes del Poder Popular, reformar la Constitución
y pare usted de contar. En cualquier caso, por ahora es la oposición quien tiene la iniciativa mientras el
gobierno y los voceros de la dirección política del PSUV, se has
limitado a resaltar como “un logro” el
40% de los votos obtenido por el
GPP, intentando moderar la profunda
derrota sufrida y sus consecuencias inmediatas.
Hasta ahora, frente a la amenaza
de la MUD de generar una crisis política
y acorralar al Presidente
bloqueando su gestión desde la AN, su respuesta
ha sido defensiva frente a la agenda política opositora. Esta última
busca aumentar el desgaste del gobierno ante un panorama de profundización de la crisis económica y
así será, si el gobierno y el GPP no toma la iniciativa formulando una
propuesta de emergencia después de una amplia consulta popular, enmarcada en el
Plan de la Patria, apoyándose en el Poder Popular y los trabajadores, para
enfrentar la crisis económica a partir de una autocrítica profunda, a través de
una revolución socioproductiva enfocada
en el desarrollo endógeno sustentable hacia
la construcción de una economía social y solidaria. Si la MUD avanza en la
convocatoria al referéndum revocatorio desde la AN, esta será la oportunidad
para replantear la polarización, con base en la confrontación de los dos
programas para afrontar la crisis. El de la derecha enfocado en la restauración
de la IV República con paquete neoliberal incluido y el de la revolución
bolivariana en la consolidación de la democracia participativa y protagónica,
en la V República, en el Programa de la Patria, en la transición hacia la
construcción del siglo XXI.
En el caso venezolano, en el que predomina un modelo económico rentista
petrolero, la construcción del socialismo pasa
por la ruptura de los mecanismos de reproducción del modelo de
acumulación capitalista rentístico dependiente, el cual está atado a un esquema
de dominación neocolonial y a una cultura consumista centrada en el paradigma
individualista. Esa ruptura será posible,
en la medida en que se ponga en marcha un cambio estructural en ese
modelo de acumulación, el cual se
basa en la captación de la renta
petrolera, sin que ello se traduzca en desarrollo significativo de la capacidad
productiva interna aunque sí en la exportación incesante de capital en
divisas obtenido por la venta del petróleo, bien sea a través de las
importaciones masivas de los bienes, servicios e insumos industriales que se requieren en el país,
o bien, a través de la inversión financiera o productiva que migra hacia
el exterior. Este modelo ha convertido al país por una parte, en un excelente mercado de consumo de los bienes y servicios importados y por la
otra, en un importante proveedor de capital. Dicho en otras palabras, los
petrodólares que ingresan -que en 2012 representaron
el 95 % de los ingresos en divisas- luego
salen a través de las importaciones y la fuga de capitales, por lo que no se
convierten en capacidad productiva interna, vale decir, en un incremento real
de la “densidad nacional”. De hecho, esa corriente de petrodólares es absorbida
fundamentalmente por el comercio-importador y las actividades de bienes no
transables, en detrimento de la inversión productiva transformadora, la cual ha
venido cayendo desde hace cuatro décadas, aún en los períodos de alto
crecimiento del PIB.
- NUEVA POLITICA
ECONOMICA (NPE) PARA
PROFUNDIZACION DE LA REVOLUCION
El enfoque
transformador del modelo productivo siempre estuvo en el discurso político de
la revolución. De hecho se destinaron grandes
recursos a la agricultura y la industria. La pregunta es ¿porque ese enorme
esfuerzo no se ha visto reflejado en la construcción de ese nuevo modelo
socioproductivo endógeno sustentable postrentista, no habiendo logrado revertir
la tendencia histórica de la enfermedad holandesa y la larga agonía del modelo
de sustitución de importaciones dependiente extractivista? ¿Es posible lograr
este objetivo sin una política
económica orientada a impulsar la producción y la productividad, que
involucrara a los actores o agentes económicos, incluyendo aquellos vinculados
a la cooperación internacional? ¿Es suficiente tener la voluntad sin tener
en cuenta la situación objetiva de la
lucha de clases y la correlación de fuerzas sociales? ¿Qué papel ha jugado la
corrupción en la desviación de recursos destinados a proyectos socioproductivos
y en las ineficiencias de las empresas del Estado, escudándose en un supuesto
“radicalismo”?
La respuesta pasa por un balance
autocrítico profundo de la gestión económica de la revolución, partiendo del debate sobre el modelo conceptual y
programático que responda estas
otras interrogantes: ¿Es posible consolidar la revolución bolivariana sin la
transformación y superación del modelo rentístico-importador? ¿Es posible
construir el socialismo del siglo XXI solo a partir de la distribución social
de la renta petrolera, bajo un enfoque desarrollista y extractivista? ¿Se
podría lograr la suficiente autonomía económica para enfrentar con éxito y los
embates del imperialismo y sus lacayos?
El balance debe ser una
práctica cotidiana para garantizar la direccionalidad estratégica del proceso. Desconocer o invisiblizar
la dinámica de la realidad por carecer de herramientas de seguimiento e información o por
asumir una posición dogmática o voluntarista en el manejo de las políticas públicas, niega la esencia misma
del proceso de transformación y en ocasiones se convierte en un serio obstáculo para el avance de la
revolución. Una conducta de esta especie puede
conducir a fracasos y derrotas “inesperadas” como la ocurrida el 6D. En particular, si el gobierno hubiese realizado una revisión de la política
económica y tomado las decisiones necesarias
hace 2 años para estabilizar la economía -como hizo Chávez en el 2009 en un
escenario similar de caída abrupta de los precios petroleros- se habrían
atenuado significativamente los efectos sociales generadores de descontento
popular y enfrentado con pertinencia la crisis económica.
La crisis económica actual es una
más en el ciclo del modelo rentístico venezolano generado por la volatilidad de los precios del
petróleo. Su dimensión y alto impacto social, evidencia que después
de más de una década, la revolución
bolivariana no creó la condiciones ni los mecanismos
económicos para amortiguar las crisis petroleras cíclicas ni desarrolló
suficiente el sistema
productivo nacional para garantizar el abastecimiento de bienes y servicios
esenciales. Sin embargo, hace
apenas un año (2014) el precio promedio del petróleo venezolano fue de 88.42 $/b, con un superávit estimado sobre el presupuesto de 28.42
$/b. Aún con precios del petróleo en
el orden de loa 90 $/b la crisis ya estaba declarada, de manera que ésta no es
solo la consecuencia de precios
bajos, sino del sobredimensionamiento de la erogación fiscal con una caída de
la producción interna aderezada por la rapiña voraz de la renta petrolera a
través de la corrupción. Además, esta situación se agrava porque el Fondo
de Estabilización Macroeconómica, concebido como un mecanismo para ahorrar en
épocas de bonanza para luego compensar la caída de los precios del
petróleo, a fin de evitar la desestabilización de las finanzas públicas, fue
desactivado. Frente al incremento incesante
del presupuesto público, de
gastos e inversión, esta decisión presumía la disponibilidad de recursos
ilimitados provenientes del petróleo, vale decir, que el precio del petróleo
siempre estaría en ascenso, hipótesis que se ubicaba fuera de las evidencias
históricas y geopolíticas.
La verdad es que en tiempos de
revolución el modelo rentístico se ha profundizado. La crisis económica que hoy vivimos es el
resultado de un nuevo ciclo intrínseco a la economía capitalista dependiente rentística venezolana,
caracterizada por su incapacidad estructural de convertir la renta petrolera en ahorro nacional e
inversión productiva o en
lo que Aldo Ferrer define como
“densidad nacional”[1],
debido a que buena parte de las divisas que entran no se capitalizan, sino que salen o se fugan a
través de las importaciones masivas (95%) y de la especulación financiera. La
gran diferencia entre la revolución bolivariana y los gobiernos de la IV
República ha sido, que gran parte de esa
renta y en general de los ingresos petroleros, han sido destinados a la
inversión social, al asignarse directamente a los grandes proyectos de
infraestructura y a las Misiones Sociales, mediante los mecanismos del control
de cambio que se aplicó del 2003 al 2014, lo cual permitió reducir a la mitad
la pobreza en una década, elevar el IDH y reducir la desigualdad social hasta
ubicarse en el primer lugar en ALC en esta materia. Sin embargo, el modelo
rentístico exportador neto de capitales no cambió sino que se profundizó y en
la medida en que fue creciendo la erogación del estado para financiar la
inversión social, esta se hizo cada vez más dependiente de los ingresos
fiscales petroleros y menos de la
producción interna, debido a que esta fue cediendo terreno a la actividad
comercial- importadora, estimulada por la sobrevaluación de la moneda derivada
de la política del “anclaje cambiario”. Esto explica el por qué se presenta la
crisis a pesar de haber disfrutado de precios petroleros
relativamente altos hasta el 2014. Sencillamente, porque llegó un momento en
que el ritmo de crecimiento del gasto se hizo superior al ritmo de crecimiento de los
ingresos fiscales petroleros, mientras el aporte del sector productivo ha
venido perdiendo peso en la configuración del PIB. Dicho de otra manera, la revolución habiendo redistribuido
socialmente la riqueza petrolera,
por no haber transformar el
modelo rentístico, ha venido perdiendo el sustento económico de los logros
sociales alcanzados.
En estas circunstancias urge una Nueva Política
Económica (NEP) que, sin comprometer los logros sociales de la revolución, enrrumbe progresivamente la
economía hacia una transformación estructural del modelo rentista, con un
enfoque inclusivo y asumido desde la perspectiva del mundo del trabajo. Esa
política sebe ser planteada como un todo coherente e integrado. No debe ser
presentada por retazos y debe soportarse en una amplia alianza socioproductiva enfocada hacia el desarrollo endógeno
sustentable, en la cual participen como actores los pequeños y medianos
empresarios del campo y la ciudad, los trabajadores, los indígenas, las
universidades e institutos de investigación, las comunas y consejos comunales.
- TOMAR LA
INCIATIVA
La formulación de una NEP por el gobierno bolivariano pasa por realizar
previamente una autocrítica profunda de los errores cometidos en materia de
política económica. Por ejemplo, la prolongación de la toma de una decisión
respecto a la política cambiaria basada en el llamado “anclaje cambiario”, el
cual parte del supuesto de que esa medida garantizaría “controlar la inflación”
al abaratarse las importaciones, cuando bien sabemos que el valor medido en
divisas de la moneda como medio de cambio, especialmente en una economía como
la venezolana altamente dependiente de las importaciones, está atado a los
diferenciales de inflación y productividad respecto de las economías de los
países con los cuales se relaciona comercialmente. Lo cierto es que esta
política impulsó la sobrevaluación prolongada de la moneda estimulando la fuga
de capitales y la corrupción. Esa NPE
debe contener al menos los componentes siguientes:
1. Política Cambiaria
Nueva
política cambiaria orientada hacia la unificación progresiva del tipo de
cambio y centralización de la gestión financiera del comercio exterior en
BANCOEX, que es una institución especializada y con experiencia, que además es
la única institución financiera de carácter comercial que tiene la facultad de
intermediar con divisas y bolívares, en el marco de la normativa dictada por el
BCV. Los importadores públicos y privados tramitarían sus créditos en divisas a
través de BANCOEX corriendo ellos el
riesgo cambiario y sin manejar directamente las mismas. La banca comercial pública y privada se
limitaría manejar las operaciones en bolívares exclusivamente. El
financiamiento del comercio exterior debe enmarcarse en las políticas activas y estrategias establecidas en el Plan de la
Patria, aplicando estímulos para que los actores entren en sintonía con la
política de desarrollo endógeno sustentable y de construcción de la soberanía alimentaria.
Así como el control de cambio es un instrumento de política cambiaria
que se justificó en el marco del golpe de Estado y del sabotaje petrolero, así
mismo, la unificación cambiaria puede ser un instrumento válido, siempre y
cuando esta medida se tome como parte de una Nueva Política Económica, que
además de buscar la estabilización de la economía tenga como eje la revolución
productiva y en ningún caso opere como en el pasado, a favor de la fuga de
capitales bajo el modelo de acumulación exógeno.
Desarrollo del Presupuesto de Divisas con el fin de direccionar las mismas hacia
los programas y proyectos del Plan de la Nación. Cualquiera que sea el esquema cambiario que se adopte requerirá de
disponibilidad de liquidez de divisas y agilidad para asignarla a los distintos
sectores de la economía para garantizar la oferta de bienes y servicios que
atiendan la demanda. Para que ello sea posible, hay que consolidar los diversos
fondos con que cuenta el Estado y hacer una revisión de los convenios de cooperación
internacional para reestructurarlos con base en las prioridades del Plan y en
la capacidad financiera actual del Estado.
Otros asunto clave es el establecimiento de un acuerdo con Colombia, para que el Banco de la República de ese
país elimine el sistema cambiario paralelo bolívar/peso que creó en el año 2000, el cual viene siendo manejado
por operadores cambiarios fronterizos quienes de hecho establecen el valor del
dólar paralelo. Esto es fundamental para que tenga éxito la nueva política de unificación
cambiaria.
También es muy importante la revisión de la aplicación de los convenios
de ALADI y del SUCRE en el marco del
ALBA, a fin de evitar que estos canalicen divisas fuera del marco de las prioridades
establecidas en el plan, considerando la crisis fiscal por la que atraviesa la
República.
2. Política Fiscal
Reforma
Tributaria Integral
orientada a establecer un sistema impositivo progresivo patrimonial, para controlar
la tasa de ganancia, estimular la conservación del equilibrio ecológico, la
construcción de la soberanía alimentaria, impulsar la productividad y garantizar la redistribución social del
excedente social del trabajo y de la renta petrolera para la satisfacción de
las necesidades sociales y el financiamiento del desarrollo territorial
endógeno sustentable.
Reforma del ISR para establecer un tope máximo de 30% de ganancia
y reducir progresivamente el IVA.
Eliminación de las exoneraciones y exenciones del ISR y en su lugar establecer una escala progresiva y, el estímulo a proyectos
nuevos, nuevas inversiones y desarrollos comunitarios, especialmente en la
áreas prioritarias (agrícola/agroecológica, industrial, turismo etc.). Impuesto a las tierras ociosas y al
plusvalor. Impuesto a la banca e instituciones financieras. Impuesto a la
exportación de capitales, revocación de los acuerdos de doble tributación y de
protecciones de inversiones lesivos para la República.
Aplicación
del régimen de Puerto Libre solo para la importación de bienes de capital
destinados a inversiones socioproductivas endógenas. Reconversión de
las Zonas Especiales (Puerto Libre)
con enfoque endógeno y en el marco de las asociaciones estratégicas derivada de
la cooperación internacional.
Optimización del Gasto
Público sin afectar la Inversión Social .Reestructuración del Estado para
reducir ineficiencias derivadas de la corrupción, burocratismo y redundancia de
la burocracia, dispersión de la gestión, deficiencias en la formación etc.).
Territorialización de la gestión pública. Sistema de Planificación Territorial
Integrado. Autogobierno de las Comunidades y Construcción de un Poder Popular
Autónomo y desburocratizado. Impulso a la economía comunal. Gobierno
Electrónico.
Revisión y
reorientación de las políticas de financiamiento
del sector productivo (incentivos) en el sector agrícola, industrial y
servicios (turismo). Depuración de las Misiones (mafias) y optimización/control
territorial.
Auditar la deuda de
CADIVI para descartar la deuda con el sector
privado ilegal y repatriación de
capitales correspondiente a las divisas asignadas en dólares de empresas de
maletín.
Plan Especial contra la evasión y la elusión fiscal
Reducción progresiva del IVA
Aumento
progresivo de la gasolina y direccionamiento de
los recursos al fortalecimiento del transporte público (subsidio), a la
seguridad social y a la sostenibilidad del sistema de producción y servicio de
los combustibles. Promoción del uso de combustibles
menos contaminantes (Impuesto Ambiental). Creación de un Fondo para el
Desarrollo del Transporte Público (Medios y Vías) que se combine con el pago de
los peajes. A mediano plazo: impuesto a
los combustibles fósiles. Estímulo a las energías alternativas.
Eliminar
el ajuste por inflación al capital a
los fines de su aplicación al ISR.
Impuesto a las instituciones
financieras y a la exportación de capital
3.
Política
Financiera
Reforma del sistema financiero enfocándose en
la conversión del ahorro en inversión y en el control de la fuga de capitales.
Supervisión
y control del servicio y los costos de
la intermediación financiera
Política
de intereses que estimulen el ahorro y la inversión socioproductiva
Incremento
de las reservas en oro y diamantes del BCV a través de la reactivación de
la producción y el control de la minería de esos rubros.
Simplificación del sistema financiero público para
reducir el número de instituciones, a fin de evitar duplicidades e
ineficiencias, garantizando la atención de los distintos segmentos de la
demanda de los servicios financieros de ahorro y crédito, desde la economía
social en toda su gama hasta las PYMES, incluyendo el comercio exterior., con
un enfoque sistémico y en sintonía con las políticas públicas de promoción del
desarrollo socioproductivo y la soberanía alimentaria en el marco del Plan de
la Patria.
Simplificación
de los fondos e instituciones financiera del sector público para evitar
solapamientos y optimizar los recursos, enfocándose en la ejecución del Plan de
la Patria.
Estatización
de la intermediación financiera del comercio exterior para garantizar que el flujo de divisas
correspondiente, se enmarque en los objetivos del Programa de la Patria, para a revertir el modelo
rentístico-importador y a estimular un intercambio comercial que promueva la
inversión productiva, las exportaciones no tradicionales, el fortalecimiento de
las reservas internacionales, la elevación de la productividad interna y
sustitución progresiva del modelo actual de control de cambio por un sistema
garantizando el control de la asignación de la renta petrolera según las
prioridad establecidas.
3. Política Monetaria
Eliminación
de la generación de dinero inorgánico mediante el crédito del BCV a PDVSA y
otros entes del Estado
Reforma Monetaria orientada a la recuperación y
estabilización de las reservas internacionales. Incremento de las reservas en
oro y diamantes del BCV a través de la reactivación de la producción y el
control de la minería de esos rubros.
4. Plataforma Tecnológica
Integrar y consolidar la
información útil del sistema financiero y tributario, con el propósito de establecer
un sistema de control y seguimiento del desempeño macro y micro de la economía.
Esta es una herramienta fundamental para la planificación, el combate a
la economía ilícita y la toma de decisiones oportunas.
5.
Control Social del Mercado
Desarrollo un sistema de información de seguimiento del abastecimiento y los precios de los bienes y
servicios, administrado por los Consejos Comunales y Comunas. La información
generada por esta vía serviría de insumo al BCV para alimentar sus Bases de
Datos y en la valoración de los indicadores, al gobierno le permitiría hacer un
seguimiento de los procesos especulativos y de abastecimiento y, al Poder
Popular le proporcionaría una herramienta poderosa para el control social del
mercado.
6.
Política Productiva
Industrialización
del Petróleo aguas abajo y aguas arriba. Desarrollo diversificado de la petroquímica
aguas abajo. Refinación. Servicios Conexos. Tecnología.
Utilizar como locomotoras del desarrollo
industrial el Plan Ferrocarrilero Nacional, el Plan de Inversiones del
Sector Eléctrico, la Industria Naval, el Plan de Inversiones de PDVSA, El Plan
de Desarrollo Agrícola y pesquero Nacional, Gran Misión Vivienda, Plan de
Desarrollo de la Infraestructura de Vialidad y Transporte, Plan de Desarrollo
de las Telecomunicaciones, Desarrollo de la Industria Militar, Desarrollo
del Turismo con enfoque ecológico y sociocultural en el marco del plan de
desarrollo territorial de municipios y estados, Desarrollo de la Biotecnología
y de la Industria del Software. En cada “locomotora” debe constituirse un
“holding” estatal en el cual se integren las empresas estatales, de la economía
social y privadas
Utilización
de la Cooperación Internacional para el desarrollo de la ciencia, la tecnología
y la innovación, a través de la transferencia tecnológica y
estructuración de cadena intraindustriales con los socios.
Desarrollo
de una Política de Inversiones soberana que propenda al crecimiento de la
inversión productiva, mediante asociaciones estratégicas que permitan la
transferencia tecnológica y el incremento de la “densidad nacional” en el marco
de la ejecución del Plan de la Patria.
Desarrollo
de un Sistema de Planificación Territorial Participativo que integre la
dimensión comunal, local, estadal, regional y nacional, para generar los Planes
de Desarrollo Territorial.
Política
de Compra del Estado orientada a convertir la demanda de bienes y
servicios del sector público, en una
palanca del desarrollo socioproductivo.
Territorialización
y transformación de la educación universitaria con el fin de enfocarla
hacia su articulación con los planes de desarrollo socioproductivo
territoriales.
Sistema
de Ciencia, Tecnología e Innovación enfocado hacia la construcción de un modelo
productivo que tenga como eje la innovación incesante, a través de la
investigación tecnológica y la investigación científica, sustentada en el
socialización del conocimiento y el
diálogo de saberes y, en el aprovechamiento de la cooperación internacional.
DESAFIOS DE LA REVOLUCION
1.
Acelerar la transformación del Estado burgués
ineficiente en un estado revolucionario eficiente, lo cual requiere de
estrategias y programas bien definidos que apunten hacia la sustitución del
modelo vigente de gestión heredado de la
IV República, de carácter clientelar,
sectario, corrupto, fragmentario, opaco y burocrático, por un modelo de gestión
basado en la ética revolucionaria, institucional, honesto, cooperativo,
transparente, regulador, eficiente, abierto a la contraloría social y a la
participación del Poder Popular. En este esfuerzo es fundamental avanzar en la
difusión de las tecnologías de la información y en el desarrollo del
“gobierno electrónico” para garantizar eficiencia y transparencia en la gestión.
Asimismo, es esencial la construcción de un sistema de planificación
territorial participativa, que integre el Plan de Ordenamiento Territorial
y el Plan de Desarrollo a todos los niveles: nacional, regional, estadal,
municipal y comunal, direccionándolo estratégicamente hacia la construcción de
la nueva geometría territorial del poder
asumida desde la perspectiva ecosocialista, intercultural y
posdesarrollista. Asimismo, es una prioridad en el proceso de profundización de
la revolución, avanzar en el diseño de una arquitectura que integre las
Misiones Sociales con los mecanismos institucionales ordinarios, para optimizar
y lograr mayores niveles de eficacia, especialmente en la prestación de los servicios de
educación y salud. Respecto de este último es fundamental adelantar una
estrategia para impulsar la transición del sistema público-privado de salud a
un sistema público único de salud.
- La
necesidad de blindar el proceso de construcción del Poder Popular,
asumiendo que este no se agota en el desarrollo territorial del mismos a
través de la creación de los Consejos
Comunales, Comunidades Organizadas, Comunas y Ciudades Comunales, sino
también en el desarrollo de los movimientos y redes sociales construidos
con base en la lucha social y política en el ámbito general o asociados a la defensa de los derechos
de la madre tierra, de los trabajadores, de género, de los pueblos
indígena y de los jóvenes. La amenaza mayor que se cierne sobre la
construcción de un auténtico Poder Popular, es su secuestro por cúpulas
burocráticas tuteladas desde el gobierno, desnaturalizándolo en su esencia
democrática y plural, como expresión genuina de la nueva sociedad en
construcción. El Poder Popular podría quedar esterilizado si su ámbito
de acción se circunscribe exclusivamente a lo local, como mero gestor de
recurso por un Consejo Comunal que supuestamente actúa como vocero de la
comunidad pero, sin participación real en la formulación y seguimiento de
los Planes comunales, locales y estadales, al no disponer de herramientas
de información que le permitan ejercer un control social real sobre la
gestión pública de Alcaldes, Gobernadores, Diputados, Concejales y sobre
el mismo Poder Ejecutivo. Dicho de
otra manera, sin transparencia en la gestión pública cualquiera sea cual
sea su nivel no habrá contraloría social y sin ésta, tampoco habrá
un Poder Popular efectivo, que actúe como agente de la transformación,
pudiendo convertirse por ello en un simple
reproductor del sistema que se quiere transformar.
3.
Avanzar en la construcción de un Bloque Social
Histórico que sustente la lucha por la independencia nacional y la
construcción del socialismo en el cual participen los sectores medios, pequeños
y medianos productores. En los 17 años de revolución bolivariana, el
comportamiento electoral de la mayoría de los sectores medios y sus áreas de influencia,
inducidos por la guerra psicológica mediática desatada por la derecha opositora
y la polarización política, refleja que dicho sector se ha mantenido en la
acera de en frente a pesar de haber sido quizás la principal beneficiario del
proceso desde el punto de vista económico. En ello ha influido también la
carencia de una política consolidada de la revolución hacia esos sectores, con
el fin de atraerlos a nuestra área de influencia sin que ello signifique
bajarle el perfil a la propuesta revolucionaria. Ganarse a estos sectores es
importante para profundizar la revolución. Por esa razón debe emprenderse la
construcción de una plataforma programática coherente que tienda puentes a los
sectores medios, especialmente a los profesionales y técnicos, científicos,
pequeños y medianos productores de la ciudad y del campo.
4.
Lograr la participación de los trabajadores en la
transición del modelo mixto de producción capitalista al modelo socialista
de producción, lo cual implica adelantar una política de construcción de un
movimiento sindical amplio que acompañe el proceso de transformación
revolucionaria y simultáneamente avanzar en la construcción de un movimiento de
trabajadores revolucionarios de vanguardia. La plataforma programática para los
trabajadores debe considerar el manejo adecuado de la contradicción entre el
ámbito de acción de los sindicatos y el de los Consejos de los trabajadores, de
manera que la contradicción entre ambas formas de organización sea
complementaria y no excluyente, asumiendo que
la contradicción principal es con el gran capital. En el caso de las empresas estatales, en las
cuales el estado actúa como “patrono” en las relaciones laborales, hay que crear
un esquema que permita evitar la confrontación en ese terreno y canalice las
demandas de los trabajadores a través de su participación cada vez mayor en la
gestión empresarial, sin detrimento de las conquista y derechos de los
trabajadores y sin que ello afecte la sustentabilidad económica de las
empresas. Debe tenderse a la autogestión y a un modelo de control obrero, sin
que ello comprometa la productividad. En todo caso, la política que deberá
adelantarse debe partir del balance objetivo de las experiencias obtenidas en
las distintas fórmulas que ha implementado la revolución, cogestión,
autogestión, control obrero etc. Hay que conjurar la posibilidad de que los
trabajadores se neutralicen o abandonen el campo revolucionario o se
burocraticen por el mal manejo del proceso de transición, derivado de la
aplicación de fórmulas descontextualizadas de la realidad, carentes de una
visión política estratégica asumida desde la perspectiva de la transición.
- Avanzar en la conformación de un
Bloque Político Histórico
sustentado en un liderazgo colectivo, resultado de una amplia
convergencia de los Partidos y Movimientos Políticos que respaldan la
revolución, asumiendo como sujeto fundamental de la misma el Poder Popular
y los Trabajadores. Dicho bloque debe
tener un carácter patriótico, antiimperialista, ecosocialista, por
la independencia nacional y El Buen Vivir. Un tema clave en la
conformación de este Bloque es evitar su burocratización y tutelaje desde
el partido. En ese sentido,
conviene revisar la experiencia de las fallas cometidas en la conformación
del Gran Polo Patriótico para corregirlas y avanzar en la construcción de
un instrumento político fuerte que se abra hacia la sociedad, dejando
atrás el sectarismo y el maniqueísmo excluyente, sin desdibujar su perfil
político. Otro asunto clave en el esfuerzo de ampliación de la base
política del proceso es el fortalecimiento de la unión cívico-militar y la
revisión a fondo de la praxis política del PSUV, que ha venido operando como
una mera maquinaria electoral sometida a una fuerte tendencia a la
burocratización y a la adopción de un modelo autocrático. Por ello, es una prioridad la apertura de un
debate para impulsar la democratización del partido, a fin de que
el mismo realmente prefigure la democracia socialista en construcción. No
es sostenible la inconsistencia entre el discurso político democrático
participativo y, el modelo organizativo y una praxis política partidista
que lo contradice. Hay que evitar que ese instrumento político estratégico
termine siendo secuestrado por la burocracia del funcionariado, para
reeditar las fallidas experiencias del socialismo del siglo XX.
6.
Necesidad de impulsar la construcción de la
economía social y comunal diversificada sustentable, en el contexto de una
economía capitalista dependiente y
competitiva dominante y, en el marco de un sistema financiero privado y
público que opera bajo los criterios de la máxima rentabilidad capitalista,
estimulados por un sistema regulatorio y de supervisión bancaria que se rige
por las reglas del sistema financiero global. A lo cual se suma la presión de un
mercado en el que coexiste una oferta de bienes y servicios generada por la red
de empresas estatales ineficientes y con precios subsidiados y una oferta
privada especulativa la cual, a pesar de estar subsidiada a través de del
control de cambio, no está sometida a un control efectivo de precios. A partir
de la evaluación de las múltiples
experiencias obtenidas en la ejecución de los programas de promoción de
cooperativas, empresas de producción social, empresas mixtas, empresas
estatales autogestionadas por los
trabajadores y más recientemente Empresas de Propiedad Social, es necesario
descifrar las claves y diseñar las estrategias que permitirán darle un fuerte
impulso a la economía social sustentable, a fin de ir prefigurando el nuevo
modelo productivo, para que deje de operar bajo el esquema de “enclaves”
testimoniales y se convierta en un fuerte motor difusor de las nuevas
relaciones sociales de producción socialista en distintas áreas de la
producción nacional.
7.
Lograr que la construcción de una ciencia y tecnología innovadora y
autónoma, se convierta en la palanca
fundamental para el desarrollo territorial endógeno sustentable, hacia la
construcción de la sociedad ecosocialista de “El Buen Vivir”. Este objetivo
será viable en la medida en que se adelante la creación de un sistema de
ciencia y tecnología que esté en sintonía con el Plan de Desarrollo Territorial
de la Nación y con el proceso de transformación de la educación universitaria.
La investigación científica y la investigación tecnológica deben ir de la mano
de los planes de desarrollo territorial, con una visión estratégica anclada en
las prioridades nacionales, en particular, en el fortalecimiento de la
soberanía alimentaria y del desarrollo de las ramas industriales estratégicas
aguas abajo y aguas arriba, así como en el desarrollo de tecnologías que
minimicen el impacto ambiental para que éste no rebasen la capacidad de carga
de los ecosistemas intervenidos en los procesos industriales y en el desarrollo
de las infraestructuras. En este contexto, es esencial adelantar una política
orientada a cerrar la brecha entre las instituciones gubernamentales y el sector académico y de investigación, mediante la apertura de un diálogo constructivo y la ejecución de una
política que lo estimule, acerque e
incorpore como agente activo en la ejecución del Plan de la Patria
2013-2019.
8.
Necesidad de acoplar los proyectos de inversión
derivados de la cooperación internacional al Plan de Desarrollo Territorial
Nacional. El gran volumen de inversiones y los impactos social, económico y
ambiental implícitos en los mismos,
exige del Estado una capacidad de respuesta que permita aprovechar al
máximo el aporte externo, evitando que la descoordinación y la falta de planificación
generen costos sociales, políticos y económicos indeseables y efectos
políticos contraproducentes. Es un tema
clave en el manejo de estos convenios y proyectos lograr una transferencia de
tecnología efectiva, que permita la apropiación del conocimiento y la
sostenibilidad de los procesos y sistemas involucrados en los mismos. Para lograr esto último es indispensable articular
el trabajo de las instituciones de educación universitaria y de los institutos
de los institutos de investigación con los proyectos de cooperación internacional.
- Impulsar la
revolución intercultural emancipadora hacia la consolidación de la
identidad venezolana como expresión de la diversidad y el diálogo
intercultural y anticolonial que nos permitirá pasar de la civilización
del capital a la civilización de El Buen Vivir, con base en el desarrollo
de los derechos de los pueblos originarios venezolanos. Si bien en esta
materia se han producido avances extraordinarios, la profundización de la
revolución exige una verdadera revolución cultural y educativa para romper
las matrices racistas y coloniales que subyacen en el imaginario
colectivo.
- Profundizar
la transformación del sistema educativo, en sus metódica y en sus
contenidos, en su vinculación social y cultural, en la línea de la
construcción de una educación emancipadora robinsoniana con raíces
históricas y culturales profundas,
comprometida con la transformación de la sociedad Venezolana hacia
la construcción de la civilización del El Buen Vivir. En particular debe acelerarse
el proceso de transformación universitaria, sin excluir a las
universidades tradicionales, utilizando como estrategia fundamental la
construcción al interior de las Instituciones de Educación Universitaria,
de movimientos motores del cambio. Ha sido un error estratégico que hemos
pagado muy caro, la política de cederle por la vía del hecho a la
derecha el espacio de las
universidades autónomas.
11. La necesidad de lograr un desarrollo
socioproductivo que además de garantizar la soberanía alimentaria,
diversifique la economía con el propósito de reducir la dependencia de las
importaciones y eleve nuestra capacidad generadora de empleo, no solo para
satisfacer la demanda propia sino también para lograr una inserción
internacional favorable, especialmente en el ALBA Y el MERCOSUR, con vista a
reducir el impacto de las asimetrías de Venezuela respecto a los socios mayores
de dicho mecanismo de integración.
- El llamado a la unidad hecho por el
Comandante Chávez no debe ser interpretado como un pedido a cancelar la
crítica y la autocrítica, herramienta fundamentales de los revolucionarios
para corregir el rumbo cuando es necesario y para avanzar ante las
dificultades internas y externas, sino como una exhortación a la unidad en
el pensamiento y en la acción para profundizar la revolución. Recordemos
que si la revolución no se traduce en hechos y acciones revolucionarias se
hace frágil ante los ataques del enemigo y por ello podría ser reversible.
INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA!!!
VIVIREMOS Y VENCEREMOS!!!
[1] DENSIDAD NACIONAL: existencia de condiciones
endógenas (Que se origina o nace en el interior), internas, necesarias, que
resultaron decisivas para que los países generen progreso técnico y lo difundan
e integren en su tejido productivo y social, vale decir, para poner en marcha
procesos de acumulación en sentido amplio inherentes al desarrollo.
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