sábado, 30 de marzo de 2013

INVENTAMOS O ERRAMOS Y LA DIALÉCTICA MATERIALISTA


 


Simón Rodríguez sostenía, que la América Española era original, y se preguntaba ¿a donde iremos a buscar modelos?, y en consecuencia decía, original deberían ser sus instituciones y su gobierno, y originales también, los medios de fundar unas y otros; y remataba con impresionante convicción, o inventamos o erramos. Marx decía que la historia de la humanidad esta signada por la lucha de clase y esa lucha es producto del antagonismo histórico entre la burguesía y los trabajadores por transformar las estructuras sociales de producción como la base fundamental de la sociedad, es decir, transformar las relaciones capitalista de producción individual en relaciones sociales producción colectiva, eso implica necesariamente, tomar control, total y absoluto, de los medios producción social, desde luego, trato de ser comprensivo, con la figura y la trayectoria moral del camarada Simón Rodríguez, pero, pretendo mantenerlo como referencia conceptual del desarrollo histórico, que a el le toco vivir en medio de la gran influencia de la revolución francesa y su legado ideológico, como el hecho mas fundamental de su tiempo, y por ello,  creo, que seria muy arriesgado, enarbolar como consigna de esté proceso dialéctico y  revolucionario, la expresión o inventamos o erramos, de ser así, estaríamos negando, la leyes sociales, científica de que todos los hechos histórico de la humanidad están sujeto a movimientos y cambio y que ninguna frase o consigna por buena que nos parezca puede permanecer en le tiempo, de manera  inmutable, debido a que todo conocimiento esta sujeto a cambio y es precisamente la negación de la tesis, lo que nos permite alcanzar la síntesis de la misma, en otras palabras, todo conocimiento en su paso por el proceso histórico, queda afectado,`por los mismo cambios cuantitativos de la sociedad, generando necesariamente cambios cualitativos, asumir esta frase, como guía para la búsqueda de la estructuración de la sociedad actual, es negar todo el desarrollo del conocimiento científico, discusión y aporte de la humanidad con relación a este tema, donde a quedado claro, que las leyes que rigen el desarrollo histórico, no son las leyes naturales, como a querido a hacer ver la burguesía, que nada cambia, que todo permanece igual en el tiempo, que existe una predestinación para todas las cosas, y que siempre a existido pobres y ricos;… si fuese asi, ¿ como UD cree, que se sostuvo el feudalismo?, y se extendió luego, desde la era cristiana en el siglo V hasta el siglo XVII, para dar paso después, al renacimiento, como etapa de transición hacia la edad moderna, el feudalismo era un régimen despótico, donde todo el poder político estaba descentralizado, los conceptos de estado y soberanía habían desaparecido casi por completo, se gobernaba basados en las tradiciones y costumbres, era la época de oro de las clases dominantes, en donde el hombre creía, que las relaciones sociales estaban asociada indisolublemente a las leyes de la naturaleza, pero que en ultima instancia, lo que prevalecía era la voluntad del señor, es por ello, que el poder constituido siempre, se resiste a ser cambiado por el poder constituyente y se oponen a todo proceso revolucionario casi de manera natural.
Ahora bien, a Simón Rodríguez le toco desenvolverse en medio de la transición política, feudalismo- capitalismo como el hecho histórico mas avanzado de su época, apuntalado por la  concepción teórica denominada liberalismo económico, de la cual se deriva el capitalismo, como su producto directo, magistralmente escrito por Saint simón, exponente también, de la corriente utópica, que mas tarde abrasaría Simón Rodríguez como el sueño que nunca realizo, acordémoslos siempre, que el hombre es el producto, pues, de las condiciones del lugar y del tiempo, es por ello, que me atreví a decir, que Simón, seria mi referencia conceptual, histórica,  que me permitiría entender con claridad, el papel del individuo en la sociedad o dicho de otra forma, el hombre las condiciones sociales y su circunstancia, la cual determina la conciencia social y su dimensión histórica, es por ello, que para comprender el contenido real del pensamiento de Simón Rodríguez, debemos necesariamente aplicar los principios del Método Dialéctico y su importancia, para al estudio del desarrollo histórico.
En el mundo no existen fenómenos aislados, todos los fenómenos están vinculados entre si y se condicionan unos a otros, por ende, Simón no podía ser una excepción para su época, ya que él tenia que jugar un papel como individuo de la naciente sociedad burguesa, que emergía con fuerza, producto de la acumulación originaria del capital, y de la necesaria sustitución histórica de una clase por otra,  a ello debemos añadir, que todo régimen social y todo movimiento social que aparece en la historia debe ser considerado no desde el punto de vista de la justicia eterna o de cualquier otra idea preconcebida basado en el idealismo racional, que es lo que a caracterizado a los diferentes historiadores del positivismo funcionalista; sino, desde el punto de vista de las condiciones de los procesos históricos, que han engendrado los regímenes y los distintos movimientos sociales,  a los cuales se hallan vinculados los individuos;…. ¿ cuales eran esas condiciones?, Simón Rodríguez le toco vivir y ser testigo presencial del nacimiento del capitalismo, con toda su amalgama de ingredientes intelectuales y materiales, que constituyen los fundamentos de los tiempos modernos del neoliberalismo. El renacimiento por ejemplo, como su nombre lo indica, es lo que antecede al neoclasicismo, con sus nuevas formas y matices propios, todos jalonados por los cambios que se operaban en la humanidad, y  es, en ese momento, donde aparecen unas series de condiciones como: la obra del conde de Maquiavelo, que nos enseño, a separar la política de la moral, la economía de la ética y al cuerpo del espíritu y fue considerado, como un tratado político de importancia suprema, para la interpretación de las diferentes contradicciones de los esquemas políticos, sociales y económicos, que pujaban por el control de la sociedad, los grandes descubrimientos geográficos, los cuales ensancharon, el ámbito material del progreso, a ellos debemos sumar las nuevas rutas de comercio y de expansión política y económica, la rebelión de los evangélicos a través de la reforma luterana y calviniana, las cuales, quebrantaron la autoridad central de la iglesia romana, induciendo al hombre a buscar las grandes verdades por si mismo, en vez de acatar ciegamente el dogma, como era lo usual, la invención de la imprenta, la cual echa por tierra el monopolio, que los monasterios ejercían sobre el pensamiento, y mas tarde, en siglo XVII,  aparece otra característica importante, del sistema social, que se constituía, conocido con el nombre de la ilustración o tiempos de los enciclopedistas, (Montesquieu, Voltaire, Diderot), todos estos ideólogos del naciente capitalismo, a ellos debemos sumar los grandes inventos mecánicos, la maquina de vapor, las infinitas aplicaciones del principio de la palanca y de la rueda, se encargaron de derribar las ultimas murallas, que sustentaban  la sociedad feudal, para dar paso al capitalismo liberal……. entonces, el grito de ¡inventamos o erramos! esta necesariamente dentro de un contexto histórico, es el testimonio de Simón Rodríguez, formulando desde el punto de vista filosófico, un pacto sintético con la razón, como basamento filosófico idealista y utópico, en otras palabras, ¡separación del efecto de la causa!, separación de la idea absoluta, de la ley del derecho y del estado del contexto social,  y solo desde este punto de vista podremos acercarnos a su aspecto psicológico, a sus  desengaños y hasta su visiones fabuladas, porque toda utopía, lleva implícita un sueño irreal, no realizable, el cual no esta determinado por las condiciones de espacio y tiempo, por eso es utópico su pensamiento; Simón con sus ideas, aparecía en aquel escenario, no como un revolucionario, sino como un reformista, porque él era necesariamente el producto social y político de su época, es de resaltar, que toda reforma lleva implícita el germen de la utopía, del sueño que nunca se realiza, porque sencillamente no esta basado en el conocimiento científico, por otro lado, hay una condición especial en Simón Rodríguez, casi metafísica, que se materializa en la ingenuidad de creer en el simple deseo del progreso y la  renovación del hombre, delineando un mundo perfecto, sin determinar con precisión los procedimientos que en la practica habrían de materializarse, constituyéndose estos en el mayor de sus desengaños. En la obra editada por Monte Ávila Editores, titulada inventamos o erramos, basada en la vida de Simón Rodríguez  “al que la historia solo le consiente legitimarle una representación acondicionada, como tutor de Bolívar cuando niño y cuando mozo en Europa, en esa misma obra se relata otras versiones, que pertenecen a lo incierto, probable, y ciertos de su vida fabulada”, que citaremos a continuación, de aquellos que dejaron testimonio de su trato; nos los devolvieron, como personaje de fabula, fabula molesta, pero real, fabula a veces irritante e inconveniente.

 El Mariscal Sucre (en Carta a Bolívar, desde guayaquil, en 1826), dice, “tiene la cabeza de un fraile aturdido, una cabeza alborotada con ideas extravagante”.  El General  O’Leary, secretario y cronista de Bolívar (en sus memorias) “hombre de variada y extenso conocimiento, pero de carácter excéntrico, no solamente instruido, sino sabio”. El chileno, José Victorino Lastarría (en sus recuerdos literarios) “la extravagancia de sus formas y su hábitos, le daba una originalidad que lo alejaba de las adhesiones”. El guatemalteco Antonio José Irisaría, en el cauca, cuenta;  “entro Don Simón diciéndome: “aunque me han dicho que Ud. me tiene por loco, yo no lo tengo por menos, le tenían unos por judío y otros por hereje”. El Chileno Augusto Lugo (en retratos, en 1917)  toma esta evocación de Lastarria: “En 1939, lo encontramos en Valparaíso, en el barrio de la rinconada, donde mantenía la escuela mas desierta del lugar”. Entre las originalidades de esta escuela, nos recordaba el mismo señor Lastarria de haber oído hablar de la manera como Don Simón enseñaba anatomía. Un testigo presencial vio colocados a sus discípulos a ambos lados de la sala, y a don Simón pasearse delante de ellos completamente desnudo para que se acostumbraran a ver cuerpos humanos. Es fácil concebir la inagotable hilaridad que debía producir esta singular resurrección del liceo griego en una sociedad semibritanica”.

El mismo Augusto Lugo, recoge estas palabras en el encuentro, en Valparaíso, con el viajero francés Vendel Hey, “yo deseando hacer de la tierra un paraíso para todos, la convierto en un infierno para mí, ¿que quiere Ud?, la libertad me es más querida que el bienestar. He recordado entre tanto el medio de recordar mi independencia y de continuar alumbrando a América. Voy a fabricar velas. En el siglo de las luces,  que ocupación puede ser mas honrosa que la de fabricarlas y venderlas”. Rufino Blanco Fombona, (mocedades de Bolívar, 1942) “hombre extravagante, en realidad lo era”. Simón Bolívar en carta a Santander en 1824, “es un maestro que enseña divirtiendo”.  Simón Rodríguez, era un hombre extravagante, utópico y comprador consetudinario, hasta el punto, que para mantener su incorfomidad con el sistema político constituido, tuvo muchas veces que cambiar de nombre, abandono en caracas el Simón Narciso, y el apellido Rodríguez, apellido materno, ya anteriormente había abandonado el de Carreño, apellido paterno, desde Jamaica toma lo de Samuel Robinsón, que le servirán de uso los veintisiete años de expatriación, veinticuatro de ellos recorriendo Europa. Es de resaltar que en 1851, anciano ya, en Baltimore, tres años ante de morir, se confirmaba: “nada es constante, en el mundo, sino la variación”. Desde luego, todos estos señalamientos hacia la figura de Simón Rodríguez, dibujan una personalidad, no convencional, pero, necesariamente presidido de una perfecta ingenuidad radical, basada en un rasgo muy marcado de ella, como es la irreverencia, la rebeldía y su fuerte formación de socialista utópico. Es por ello, cuando en 1825, en carta a Bolívar, desde Guayaquil le dice. “En cuanto al asunto de la independencia, falta mucho para darlo por terminado”. En 1830 a seis años de Ayacucho, lo seguiría diciendo, desde Arequipa a Bolívar, “La independencia es un proceso que comprende dos revoluciones a un tiempo, la pública y la económica”. Simón Rodríguez, dentro de su inconformidad política y social, le costaba mucho comprender que las dos revoluciones de la que el hablaba, la política, que tiene que ver básicamente con el cambio de estructura, no es mas que el proceso histórico, que permitía la instalación en el poder de la estructura burguesa en sustitución de la vieja estructura feudal, y en cuanto a  la revolución publica, basada básicamente en su proyecto educativo, que tenia como objetivo, emprender una educación popular, para dar ser, a la Republica imaginaria, que se exhibía en los libros y en los  congresos, como el mismo decía, esta apreciación de Simón Rodríguez, deja al descubierto el alma y el espíritu utópico, que caracterizaba a su pensamiento, para nadie es un secreto, que  1700 y el 1800 era el tiempo de la enciclopedia, de la ilustración, del materialismo idealista filosófico, que encabezaba Feuerbach, Hegel, cuyo argumento fundamental estribaba, en el manejo idealista de las contradicciones sociales, algunos filósofos de la época entendían que el descubrimiento de las contradicciones en el proceso discursivo y el choque de las opiniones contrapuestas, era el mejor medio para encontrar la verdad, Simón no estaba ajeno a esta realidad incongruente con el fondo de su planteamiento, lo que  pudiera justificarlo; es el desconocimiento de esta verdad, que era tan grande como un sol, el problema es que todo militante de las corriente ideológica del socialismo utópico, creen que en su rebeldía contra el orden establecido, que la naturaleza es un conglomerado casual de objetos y fenómenos, desligado y aislado unos de otros y sin ninguna relación de dependencia entre si, es por eso, que muchas veces se puede llegar a pensar que el problema de las clases dominantes y su sistema de explotación y exclusión es un problema ético y no estructural, cuando de lo que se trata, es de poder comprender, que la naturaleza es un todo único y articulado, en el que los objetos y los fenómenos se hallan orgánicamente vinculados, unos a otros, dependiendo unos de otros y se condicionan los unos a los otros. Por eso, el método dialéctico entiende que ningún fenómeno de la naturaleza podrá ser comprendido, si se le toma aisladamente, sin conexión con los fenómenos que lo rodean, pues todo fenómeno tomado de cualquier campo de la naturaleza, puede convertirse en un absurdo si se le examina aislado de las condiciones y conexiones que lo rodean, desligado de ellas, y por el contrario, todo fenómeno puede ser comprendido y explicado si se le examina en su condición indisoluble con los fenómenos circundantes y condicionado por ellos. Por lo tanto, Simón, producto de su concepción ideológica, estaba imposibilitado para examinar la necesidad como un fenómeno, el cual veía su desarrollo, únicamente desde una óptica del crecimiento, del conocimiento para tener Republicanos. De lo que se trataba era de enfocar las cosas en sus imágenes conceptúales, sustanciales, en sus conexiones mutuas, en su concatenación, en su dinámica, en su proceso de génesis y desaparición, nadie que no posea este método de interpretación de la sociedad, podrá ser objetivo en su análisis, y es por ello, que sostengo que Simón Rodríguez, era un socialista utópico, alejado de la realidad circundante (divorcio entre la idea y el contexto social), y de su conexión real, idealista, fiel producto de la filosofía de su época, es por eso, que el método para la consecución de nuestra estructura revolucionaria, no puede estar nunca presidido, de esta quimera filosófica, ¡o inventamos o erramos¡.
        
Simón Rodríguez era indudablemente un hombre de proyectos, y de las necesidades de su tiempo se desprendieron los objetivos sociales, que guiaron su existencia. Entre sus proyectos y proyecciones ideológicas, se encuentran algunas ideas de carácter metafísico; Simón sostenía, como todo idealista, que “la necesidad determina la especie de la acción y las circunstancias declaran las necesidades”, que las ideas no andan solas. “las ideas vienen de las cosas” y “tratar con las cosas es la primera parte de la educación”. Claro esta, todo este conocimiento estaba divorciado de la realidad, aislado, no tenia ninguna concatenación con ella; Pues proponía con pasión delirante, que había, que crear escuelas- talleres, escuelas –fabricas, escuelas – granjas. Lo enseño y  lo hizo, en Concepción y en Valparaíso, según el recuerdo del chileno José Victorino Lastarria. Cuentan que los periodos de enseñanzas eran por dos años, el camarada Simón sostenía, que la escuelas eran un micro universo latinoamericano, para orientar y despertar a las nuevas Repúblicas y poder superar al proyecto colonial o partido colonial, como él lo llamaba, él decía, en la definición ya filosófica de su proyecto, que con esta iniciativa se daban los pasos que faltaban dar: desde la escuela se abriría el proceso de integración latinoamericana, se vencería definitivamente al partido colonial. Desde ella será posible preparar el orden económico y la moral social que corresponde al conjunto republicano y la filosofía que convenga a las nuevas sociedades. El idealismo materialista de Simón, alcanzo su máxima cuando exclamo y enseño, que, “El orden económico tendrá por origen las lecciones de la naturaleza y por motivo a la razón como avanzada de la época”, cuando Simón Rodríguez se atrevía a realizar esta exclamación dejaba al descubierto el trasfondo de su pensamiento filosófico, las lecciones de la naturaleza era igual a decir, que las verdades eran absolutas y que la razón más avanzada de su época y corroborada por el proceso histórico que él vivió, tenía que ver con la filosofía racional idealista, y lo que Marx determinó como el fetichismo jurídico o ficción legal, es de resaltar que esto era la expresión más acabada del racionamiento idealista de Hegel, que hacía aparecer la Ley, el derecho y el Estado como sustantivado o independiente del contexto social, que en su trasfondo, por ende, se alejaba del sujeto político, dicho de otra forma, esta aseveración de Simón es el fundamento de lo que se conoce en la actualidad como la democracia representativa.  De ahí se  derivaría no un plan cerrado, sino provisiones oportunas y abiertas en este desarrollo histórico, por lo cual agrega mas adelante en su obra, “Luces y Virtudes”, de manera muy clara y determinante, el carácter económico del proceso histórico en marcha, que nada se produce al azar; sino, con la consulta entre el productor y el consumidor, refiriéndose al hecho económico, para lo cual proyecta un banco de fomento y regulación, basado en una máxima, expresada por el mismo de que “ no hay libertad donde hay amos, ni prosperidad donde la casualidad dispone de la suerte social”, no quedaran abandonados los artesanos; todas estas ideas las expuso frente al consejos de amigos, en el colegio de Latacunga. En sus textos no falta la palabra armonía, que es común a las visiones y proposiciones utópicas y metafísicas. Simón Rodríguez sostenía, que con el conjunto de toda Latinoamérica se podía inventar y ser original, pero, ¿sobre cual contexto social, histórico e ideológico?, yo creo, que si examinamos con detenimiento el párrafo anterior, nos vamos a dar cuenta, que las concepciones filosóficas e ideológicas, están determinadas por las condiciones políticas de su época, validas para ese proceso histórico, pero anacrónica, para  el proceso revolucionario del siglo XXI, que tiene planteado la construcción de la sociedad socialista, basadas en las condiciones y conexiones indisolubles de los fenómenos de nuestra propia realidad  nacional y latinoamericana.

Todo este esfuerzo educativo y su planteamiento de integración, no lo podemos sacar de su contexto, condiciones y conexiones histórica, precisamente en ese contexto histórico, el ideólogo burgués De Fourier mantenía una teoría, con la mayor sencillez, “de que toda pobreza brota de la misma abundancia”, como se ve, De Fourier maneja la dialéctica con la misma maestría de su contemporáneo Hegel, de que toda fase histórica tiene su vertiente ascensional, mas también su  ladera descendente, y proyecta esta concepción sobre el futuro de la humanidad, y así como Kant introduce la idea del acabamiento de la tierra, De Fourier introduce en su estudio de la historia la idea del acabamiento futuro de la humanidad. Por otro lado, el huracán de la revolución  barría el suelo de Francia, representando el tercer intento de la burguesía para cambiar las estructuras sociales de carácter feudal. En Inglaterra se desarrollaba un proceso revolucionario mas tranquilo, pero no por ello menos poderoso. El vapor y las maquinas aceleraron la acumulación de capital y por ende convirtieron a los artesanos (manufactureros) en la gran industria moderna, revolucionando con todo ello los fundamentos de la sociedad burguesa, esto desde luego, acelero el desarrollo de las fuerzas productivas, generando períodos de luchas y constituyéndose la división social del trabajo entre el capitalista y los proletarios desposeídos, unas de las condiciones de la época. En cuanto a la participación de los artesanos en el nuevo orden, estribaba en la creación de nuevos mercados, la cual generaba una existencia insegura, inestable como la parte mas fluctuante de la sociedad, y es por ello que Simón llego a plantear, la creación de un banco que sostuviera al artesano, de manera que se preparara el nuevo orden económico y moral al estilo ¿de quien?, de Hegel y De Fourier, que eran los padres ideológicos, del nuevo orden económico burgués mundial, en contraposición a las ideas marxistas.

Tan es así, que en estas circunstancias, se alza como reformador un fabricante de veintinueve años, llamado Roberto Owen, quien había asimilado las enseñanzas de los ilustradores ideólogos burgueses del siglo XVII, según los cuales el carácter del hombre es, de una parte, el producto de su organización innata, y de otra, el fruto de las circunstancia que rodean al hombre durante su vida. Claro esta, todo este planteamiento tenia su asidero en el caos social, que genero, el liberalismo económico capitalista, este desajuste de la sociedad, era interpretado por  Owen, como una oportunidad que le permitiría introducir su tesis favorita, llamada, introduciendo orden en el caos, cosa que realizo con mucho éxito en Manchester, cuando dirigió una fabrica con mas de quinientos obreros, demostrando Owen su ilimitada esperanza al igual que nuestro compatriota Simón Rodríguez con respecto a su proyecto educativo, de que se podía “producir cambios históricos a partir de formulas relativamente definidas, en la relación con los problemas del mundo moderno, que en ese momento daba el paso final hacia su dramático encuentro con la maquina, el capitalismo y la era industrial”. Tanto Owen como Simón, orientaron su pensamiento de socialistas utópicos, a creer, que el problema económico y social de la naciente sociedad capitalista, se podía resolver, con la critica orientada contra los defectos del Capitalismo Industrial, en otras palabras, “los socialistas utópicos creen y predican la aplicación y practica de los principios cristianos, que proclaman la necesidad de exaltar la fraternidad humana, como  motor de la actividad social, el cual debería ser el incentivo que remplazaría al afán del lucro”. Desde luego, todos los marxistas sabemos, que el afán de lucro, es hijo del individualismo y este de la libre iniciativa egoísta, y que ella es la condición fundamental, que estimula la explotación del hombre por el hombre y que el motor de la historia no es la fraternidad humana sino la lucha de clases, porque la fraternidad humana es un concepto abstracto y vació, mientras que la lucha de clases es la realidad especifica y las realidades son el objeto de estudio y base del conocimiento científico. “De Fourier, consideraba que la propiedad privada debería quedar repartida en acciones, y en cuanto a las relaciones de trabajo, el problema no estribaba en la explotación, sino en que el individuo debería tener la oportunidad de encontrar una actividad que le fuese grata, ya que por ese medio el trabajo se convertiría en un placer y no en una obligación, la educación vocacional desde temprana edad serviría para facilitar esa  distribución del trabajo, el trabajo grato será lógicamente mas productivo”. Todos estos conceptos formales, utópicos y metafísicos, tienden a ocuparse más de la forma que del fondo, mas de la apariencia  que de la realidad, claro esta, todo esto esta orientado por una concepción filosófica bien definida del mundo, que trataré de esbozar con sus matices y particularidades. Para Owen y Simón, el socialismo es la expresión de la verdad absoluta, no esta sujeta a la condición de espacio y de tiempo, y es precisamente en ese momento donde surge el divorcio entre la teoría y la practica, creando una condición no científica del objeto estudiado, llámese sociedad o proyecto educativo, es propicio entonces abordar con carácter crítico, el proyecto educativo de Simón,  que  partiendo de un fundamento utópico y metafísico, enarbolaba el concepto de la educación popular sin exclusión, olvidándose del problema de fondo, que estaba representado por la forma de producción social (capitalista) y no por la necesidad existente de estudio, es comprensible entonces, escuchar a Simón decir, que buscando la felicidad de muchos, solo a encontrado su propio infierno y que la única forma de dar luces a la humanidad es construyendo velas. Todos hablamos de la participación y el protagonismo del pueblo y ahora hemos introducido en el torrente de la discusión la expresión del socialismo del siglo XXI, y casi dejan la sensación que es posible la construcción de un nuevo socialismo, sin la comprensión de la dialéctica como método de análisis; y la pregunta es ¿como? y ¿desde donde?.  No cometamos los mismo errores de Owen y Simón, para que el socialismo sea real y científico y poder resolver el como y el donde, debemos situarlo en el terreno de la realidad, no existe un socialismo del siglo XXI, lo que realmente existe es un capitalismo del siglo XXI y el socialismo que queremos, debe partir de la negación de esa realidad, para ello, necesitamos verdaderos ideólogos, no revolucionarios emocionales, repetidores de consignas, necesitamos restituir la dialéctica, como forma suprema del pensamiento universal y que ya existe. Cuando hablo de restitución, hablo de restituirlo como método de análisis de nosotros los revolucionarios, a ver si podemos superar las posiciones sectarias y dogmáticas y poder convertirnos en científico sociales. Saber por ejemplo que todo es y no es, que  el problema de fondo no esta en la existencia o no del socialismo del siglo XXI, como problema inicial, como han querido hacer ver, sino lograr entender, que no existen espacios vacíos, que la carencia de un conocimiento determina, que ese espacio vació, esta ocupado por otro necesariamente; si nosotros no somos dialéctico, ¿ que somos?, ¿Qué método utilizaremos para el análisis?, me temo, que muchos, que se hacen llamar revolucionarios lo que son realmente sin saberlo es metafísico; Los que usan el método metafísico, deberían  saber, que las cosas, las imágenes y los conceptos en el pensamiento de ellos, son objetos de investigación aislados, fijos, rígidos sin conexión unos con otros, los metafísicos piensan en la antitesis sin mediatividad  posible, para ellos las cosas deben ser si si, o no no; porque lo que es mas de esto de mal procede, para ellos una cosa existe o no existe; un objeto no puede ser al mismo tiempo lo que es y otro distinto, como pensamos los marxistas- leninistas. Lo positivo y lo negativo se excluyen en absoluto. La causa y el efecto revisten asimismo, a sus ojos la forma de una rígida antitesis, esto es lo que ellos denominan el sentido común (blanco y negro, puro e impuro), el cual se torna en un método unilateral, limitado, abstracto; que preocupado por el objeto concreto, no alcanza a ver su concatenación, concentrado en su estatismo no advierte su dinámica, obsesionado por los árboles no alcanza a ver el bosque. “¿Que ha demostrado la fisiología, en cuanto a la muerte?, que  la misma no es un fenómeno repentino, instantáneo, sino un proceso muy largo; del mismo modo, todo ser orgánico es, en todo instante, el mismo y otro, en todo instante va asimilando materias absorbidas del exterior y eliminando otras de su seno; y, en el transcurso de un periodo mas o menos largo, la materia de que esta formado se renueva totalmente, y nuevos átomos de materia vienen a ocupar el lugar de los antiguos, por donde todo ser orgánico es, al mismo tiempo, el que es y otro distinto”. En otras palabras, no podemos crear el socialismo del siglo XXI, a partir de concepciones metafísica de la sociedad, porque sencillamente están divorciada de la realidad concreta, y caeríamos en el reformismo mas sublime; y partiendo de este conocimiento, es que podemos juzgar el fondo de la tesis del camarada Simón Rodríguez, “asimismo debemos observar los dos polos de una antitesis, el positivo y el negativo, los cuales son inseparables y a pesar de su antagonismo, se penetran recíprocamente, y vemos que la causa y el efecto son representaciones que solo rigen como tales en su aplicación al caso concreto, pero, que, examinando el caso concreto en su concatenación con la imagen total del universo, se juntan y se diluyen en la idea de una trama universal de acciones y reacciones, en que las causas y los efectos cambian constantemente de sitios y en que lo que ahora o aquí es efecto, adquiere luego o allí carácter de causa y viceversa .En resumen, para el método dialéctico, todos los fenómenos sociales, las cosas y sus imágenes conceptuales son analizadas sustancialmente en sus conexiones, en su concatenación, en su dinámica, en su proceso de génesis y caducidad, la naturaleza es la piedra de toque de la dialéctica, demostrando que ella se mueve, en ultima instancia, por los causes dialécticos, que no son hechos repetitivos, sino que recorre una verdadera historia, que es la misma, y otra distinta al mismo tiempo”. Todo revolucionario debe tener claro el concepto de concatenación, para poder comprender el significado del desarrollo histórico y social de cualquiera sociedad; para explicar este concepto, voy a referirme a tres limitantes del conocimiento en la época de Simón Rodríguez, aunque  las cabezas mas universales de su tiempo, eran Saint Simón y Hegel, su horizonte se hallaba circunscrito, en primer lugar, por las limitaciones inevitables de su propio tiempo y en segundo lugar, por los conocimientos y concepciones de su época, limitado también en extensión y profundidad; a esto hay que añadir una tercera circunstancia, Hegel, Saint Simón y Simón Rodríguez eran idealistas, es decir, que para ellos las ideas de su cabeza no eran imágenes mas o menos abstractas de los objetos y fenómenos de la realidad, sino que estas cosas y su desarrollo se le antojaban, como proyecciones realizadas de la idea, que ya existían no se sabe como, antes de que existiese el mundo, así todo el método queda cabeza abajo, y se volvía completamente de revés la conexión y la concatenación real del universo. Es por ello, que Marx, llego a decir en el prologo del capital, “mi método dialéctico es no solo diferente del hegeliano, sino lo opuesto. En hegel, el método esta de cabeza. Hay que ponerlo de pie”, y mas adelante añade: “para hegel, el mundo real no es sino la forma extrema de la idea y para mi, por el contrario, la idea no es sino el mundo material reflejado por la mente humana”. Queda claro, que la concatenación de las cosas tienen que ver con la universalidad de la misma y la conexión tiene que ver con los procesos, circunstancias, tiempo y espacio necesarios, para la mayor comprensión de la contradicción de la dialéctica como la síntesis de lo opuesto, entonces, no podemos tener una visión a través del amor, impregnado de amor, sino somos dialécticos en nuestro análisis. Caeríamos constantemente en el error de ser el único ejercito que destroza a sus propios soldados; sino comprendemos esto, estaríamos repitiendo la vaga idea de ¡inventamos o erramos!, como practica sectaria, dogmática y egoísta, llena de formas abstractas y sin un verdadero análisis científico de fondo.  

                         







































3 comentarios:

  1. se nota que tienes mucha informacion ideologica, pero mejor no escribas, pues este extenso texto esta plagado de serios problemas de redaccion, extrema longitud de parrafos, y numerosas faltas de ortografia y acentuacion. Espero seas mejor comunicador oral, por la revolucion y por el pais.

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  2. se nota que tienes mucha informacion ideologica, pero mejor no escribas, pues este extenso texto esta plagado de serios problemas de redaccion, extrema longitud de parrafos, y numerosas faltas de ortografia y acentuacion. Espero seas mejor comunicador oral, por la revolucion y por el pais.

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  3. Solo al ver la longitud de los párrafos me dio mareo, jamas leeré esto

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