Que siga el debate
Entrevista a
Javier Biardeau: “Hay que construir la unidad nacional en torno a la defensa de
la soberanía popular, la autodeterminación nacional y la Constitución”
EL ESPÍRITU
DE HUGO CHÁVEZ ESTARÁ VIVO SI HAY LA DISPOSICIÓN DE LUCHA DEL PUEBLO PARA
DEFENDER EL PROYECTO BOLIVARIANO, SOSTUVO EL SOCIÓLOGO JAVIER BIARDEAU.
Credito: José Luis Díaz
La orden ejecutiva emitida por el
gobierno de Barack Obama, que declara en emergencia a EEUU por considerar a
Venezuela una amenaza a su seguridad nacional, ha generado preocupación en todo
el continente.
Sobre este tema dialogamos con Javier
Biardeau, articulista de opinión y profesor de Estudios Latinoamericanos de la
Universidad Central de Venezuela. Javier Biardeau es conocido por sus agudos
análisis de la situación del país, que publica en diversos espacios como su
blogsaberescontrahegemonicos.blogspot.com y http://www.aporrea.org/autores/javier.biardeau/.
Identificado sin ambigüedades con el
campo popular, es habitual que en sus intervenciones realice críticas a lo que
considera errores o insuficiencias del proceso revolucionario. Consultado por
la situación que abre la orden ejecutiva de EEUU, Biardeau propone analizar el
tema con seriedad: “Todas estas decisiones no pueden ser consideradas simples
errores, sino que forman parte de una estrategia de alcance más amplio, es
decir, continental”.
¿Cómo
analizas la orden ejecutiva del lunes 9 de marzo en el marco que viene
viviendo, desde hace tiempo ya, la Revolución Bolivariana?
Lo primero que habría que decir es
que esta orden ejecutiva([1])
es, de alguna manera, un punto decisivo en una estrategia de escalamiento por
parte de los EEUU ([2]),
quién se ha venido pronunciando sobre la situación interna de Venezuela, en
particular luego de las protestas violentas del año 2014, lo que conocemos
comúnmente como las “guarimbas”.
Los efectos inmediatos de las
“guarimbas”, luego de su derrota, fueron fundamentalmente utilizados a nivel
mediático internacional como un pretexto para señalar a Venezuela como un país
que está violando o lesionando los DERECHOS HUMANOS, sobre todo a partir de la
detención de Leopoldo López. Sin embargo, el Gobierno de EE.UU omite el
extraordinario debate sobre el carácter histórico, unitario e interdependiente
de los derechos humanos ([3]).
El lunes 16 de marzo, en un espacio
de encuentro entre activistas, intelectuales, profesionales y cultores,
tratamos de analizar los antecedentes inmediatos de esta orden ejecutiva, para
comprenderla en su perspectiva histórica: la escalada de pronunciamientos,
declaraciones ([4]),
llamados que diversos órganos del Estado norteamericano - llámese Departamento
de Estado, llámese Casa Blanca o el Pentágono- han hecho sobre la situación
interna venezolana, que pueden ser considerados pronunciamientos injerencistas
sobre los asuntos internos del país.
Luego, en el contexto de la llamada
“guerra económica”, -y justamente cuando EEUU anuncia un nuevo proceso de
diálogo y negociación con Cuba ([5])-
en diciembre tenemos una Ley del Congreso norteamericano, llamada Ley de
Defensa de los Derechos Humanos y de la Sociedad Civil en Venezuela ([6]),
que tiene como alcance fundamental sancionar a aquellos funcionarios que están
vinculados a las actividades de control y orden interno del país y que ellos
califican como acciones que lesionan los derechos humanos.
Entonces, ya en Diciembre de 2014
tenemos una señal clara de injerencia del Congreso norteamericano, tratando de
colocar en la opinión pública la tesis de que se están sancionando funcionarios
que están lesionando los derechos humanos.
Pero cuando uno analiza rigurosamente
la exposición de motivos y los argumentos de la decisión que toma el Congreso,
vamos a encontrar que lo que tenemos no sanciones individualizadas a
presuntos responsables de lesionar derechos humanos, sino toda una legitimación
de hecho de una decisión de EEUU de intervenir en los asuntos internos de
Venezuela, violando los elementos claves de todo proceso de señalamiento
jurídico, como son el derecho a la defensa, el debido proceso, la presentación
de pruebas, la existencia de un Tribunal competente e independiente del poder
ejecutivo. Todo eso se descarta y se hace una acusación a funcionarios sin
haber pasado por un juicio previo, con una cantidad de elementos procesales que
cualquier democracia del mundo contempla, dentro además de una separación de
poderes, de un tribunal.
Llama la atención entonces que EEUU
denuncia la debilidad institucional democrática de un país como Venezuela, pero
no le molesta que su Congreso se convierta en juez, en abogado, en fiscal, en
parte acusadora y sancionadora de presuntos hechos de lesión o vulneración de
derechos humanos en el país. Luego de esta Ley del Congreso en Diciembre,
rechazada de manera categórica por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela
([7]),
por la Asamblea Nacional ([8]),
por el Ejecutivo Nacional ([9]),
se pasa al escalamiento de la orden ejecutiva de la Casa Blanca.
En efecto, en Venezuela se dio una
discusión política y jurídica sobre esa decisión inicial del mes de diciembre.
En febrero, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia dictó una
sentencia, un pronunciamiento jurídico, sobre el alcance de ese tipo de
sanciones, contemplando los artículos 1, 5 y 322 de la Constitución Nacional,
que se refieren fundamentalmente a temas como la integridad territorial del
país, la autodeterminación nacional, la jurisdicción nacional en materia de
orden interno, la seguridad nacional, la soberanía popular, más todo lo
relativo a los Tratados y al impacto del Derecho Público Internacional, que
regula las relaciones entre los Estados. La conclusión fundamental de esa
sentencia es que esta primera decisión del Congreso norteamericano lesiona absolutamente
todo el derecho público internacional y el ordenamiento constitucional
venezolano.
Luego pasamos a lo que sería la
“guinda de la torta”, con esta nueva decisión, ya no del Congreso
norteamericano, sino de la Casa Blanca, que establece una orden ejecutiva
declarando a Venezuela como una “amenaza extraordinaria e inusual” para los
EEUU, y considerando la situación nacional como una emergencia en los EEUU.
Este nuevo paso es coherente con un
conjunto de decisiones que se han venido tomando desde el año 2014 en los EEUU
para intervenir en los asuntos internos de Venezuela, tomando como pretexto
fundamental, primero, la supuesta vulneración de los derechos humanos asociado
este hecho a la protesta violenta del primer semestre de 2014; en segundo lugar,
en Venezuela se habría desdibujado la separación de poderes y el ejercicio
efectivo de la democracia constitucional; y en tercer lugar, el apoyo explícito
de EEUU a la protesta de sectores de la oposición que en el año 2014, las
cuales tuvieron características de violencia de calle, justificándolas como
resultado necesario e inevitable de las malas políticas económicas. Una jornada
de protesta que dejó 43 fallecidos, una cantidad importante de lesionados,
destrucción de edificaciones públicas, profundos daños a la economía nacional,
etcétera. En todo este cuadro, EE.UU señala como único y exclusivo responsable
al gobierno venezolano, y de allí, las sanciones a funcionarios de
instituciones claves que participaron en las actuaciones para el restablecimiento
del orden público.
Entonces, la matriz dominante a nivel
de la opinión pública internacional plantea que son decisiones que tienen
simplemente el carácter de sanciones sobre materia de congelamiento de bienes o
visados en el seno del territorio norteamericano a determinados funcionarios
que son señalados de haber cometido delitos en contra de los derechos
humanos. Pero si analizamos en profundidad la orden ejecutiva, conjuntamente
con la Ley del Congreso de diciembre, vamos a encontrar allí que hay un conjunto
de apreciaciones y resoluciones que van mucho más allá que la simple
individualización de responsabilidades que derivan en sanciones a funcionarios
en Venezuela. Estas apreciaciones y decisiones constituyen una clara injerencia
en los asuntos internos de Venezuela.
Por ejemplo, uno de los elementos
clave de la orden ejecutiva es la posibilidad que, aplicando la ley de
emergencia nacional de EEUU, y aplicando legislaciones vinculadas al manejo del
Tesoro en los EEUU, se puedan bloquear actividades comerciales, no sólo de
individuos, sino de “entidades”, de organismos y organizaciones, si desde EE.UU
se considera que tienen algún tipo de vinculación o relación con las acciones o
los funcionarios que señale discrecionalmente la Casa Blanca. Es decir, es una
manera bastante anómala de ir construyendo, en primer lugar, condiciones de un
posible bloqueo comercial, bloqueo financiero, de afectación a la posición
económica venezolana en el plano internacional y de sus socios comerciales, en
un momento bastante particular y difícil de la situación económica en el país.
En segundo lugar, más allá del
bloqueo económico, lo que la historia ha enseñado es que este tipo de órdenes
ejecutivas son acciones preliminares, pasos “necesarios” para intervenciones y
escaladas militares, no solamente sobre el país afectado sino sobre el
continente en su totalidad, es decir, sobre América Latina.
Es la primera vez que un país
sudamericano es colocado ante una decisión de esta naturaleza. Esto ya existió
en el caso de Nicaragua en 1985, sabemos que también hubo un antecedente
importante en el caso de Panamá, la invasión a Granada y que han existido otras
intervenciones encubiertas y abiertas de otra naturaleza. Pero llama la
atención que el supuesto Premio Nobel de la Paz ande en jugadas mucho más
semejante al clima político-ideológico de la era Reagan-Bush.
Lo importante es que este decreto,
esta orden ejecutiva, comienza a afectar decisivamente a un país que es un
emblema de lo que significó en estos últimos 15 años un giro muy radical con
relación a la política hemisférica de los EEUU hacia la región, que sigue
siendo considerada aún por ellos como “el patio trasero” ([10]).
La Revolución Bolivariana, que se
levantó como un emblema de la recuperación de la independencia política
nacional, de la autodeterminación de los condicionamientos geopolíticos que el
gobierno norteamericano ha tenido sobre la región, en este momento está siendo
amenazada por una orden ejecutiva. Y esa orden ejecutiva puede ser utilizada
luego como precedente para amedrentar y presionar a países que desobedezcan,
que sean rebeldes frente a la política exterior de los EE UU. Esa sería
una clara señal en contra de gobiernos y pueblos con proyectos de contenido
progresista, que defiendan el desarrollo con justicia social, la inclusión y el
ejercicio efectivo de la democracia participativa.
Ante esto, es importante sentar una
clara posición de rechazo claro, terminante, a esta orden ejecutiva del
gobierno norteamericano. Y hacer un llamado al pueblo venezolano y a diferentes
sectores para la unidad nacional en defensa de la soberanía, para la
construcción de una mayoría patriótica que levante las banderas contenidas en
la propia Constitución de Venezuela, como Estado Nacional Soberano, que exige
la necesidad de un bloque continental que no renuncia al principio de no
intervención en los asuntos internos de sus países.
Para eso se requiere justamente ir
más allá de la defensa del proceso bolivariano, en clave de partido o de gran
polo patriótico, y convocar a los diferentes sectores sociales y factores
políticos de oposición que consideren que estén claros en que esta orden
ejecutiva de Washington es una avanzada muy grave, que lesiona y amenaza la
soberanía nacional del país.
Se requiere crear un criterio de
demarcación claro entre aquellos factores políticos y sociales que están a
favor de una injerencia abierta o encubierta de los EEUU en los asuntos internos
del país; y aquellos factores que consideren que los asuntos internos de
Venezuela deben ser resueltos exclusivamente por los venezolanos, sin
injerencias de carácter imperialista, sin presiones amedrentadores o que
pretendan condicionar la política interna del país.
A
poco más de una semana de la orden ejecutiva de Obama, ¿cuáles son los actores
que estarían en cada lado?
En primer lugar, hay una declaración
unánime de los países de UNASUR ([11]),
exigiendo la anulación de este decreto ejecutivo de Obama. Es una declaración
que plantea que eso es un elemento clave para crear un clima favorable a la
estabilidad política de Venezuela, un clima adecuado para las elecciones parlamentarias.
Pero ya existían declaraciones en contra de la Ley del Congreso norteamericano
en al ALBA-TCP ([12]),
de la CELAC ([13]),
de MNOAL ([14]),
luego serán Rusia y China frente a la orden ejecutiva de Obama.
Es muy difícil realizar elecciones
parlamentarias satisfactorias para todos los actores que intervienen en ella, y
con pleno reconocimiento de los Estados latinoamericanos y de la comunidad
internacional, si tienes una gran potencia que ha tenido históricamente un
papel intervencionista e injerencista en los asuntos internos de otros países,
amenazando y amedrentando con aplicar sanciones a personas, a entidades, a
funcionarios. Además, recientemente un vocero del Departamento de estado ha
señalado que los resultados electorales deben ser creíbles para EE.UU ([15]):
“This year's National Assembly elections present an
opportunity for Venezuelans to engage in legitimate, democratic discourse. And,
credible election results could reduce tensions in Venezuela. We have urged
regional partners to encourage Venezuela to accept a robust international
electoral observation mission, using accepted international standards, for
those elections. Now is the time for the region to work together to help
Venezuela to work toward a democratic solution to the challenges the country
faces.”
¿Cómo evaluar la declaración anterior
del Sr. Alex Lee, Representante del Departamento de Estado?
Entonces, desde el punto de vista
internacional hay un rechazo abierto de UNASUR, un rechazo incluso más
explícito y programáticamente más contundente, con otro contenido y alcance, de
los países del ALBA-TCP; y desde el punto de vista interno ya han comenzado a
plantearse voces y actores que han tomado una posición de rechazo, de análisis
crítico de esta orden ejecutiva.
Por ejemplo, el arzobispo de Caracas,
el Cardenal Urosa Savino ([16]),
sorprendiendo a más de uno, declaró recientemente que esa posición de EEUU de
declarar a Venezuela como una amenaza era algo exagerado, que no tenía ningún
tipo de fundamentación, que no tenía rigor, que más bien perjudicaba la
necesidad de construir en Venezuela un clima de diálogo, un clima de deliberación
política democrática entre los diferentes actores y de estabilidad política en
la región. También otro voceros y actores políticos vinculados a la oposición,
como Henry Falcón ([17]),
por ejemplo, declararon su rechazo y se deslindaron. También Eduardo Fernández
([18]),
que fue durante mucho tiempo un líder importante del partido socialcristiano
COPEI rechazó la orden ejecutiva de Obama y consideró que era extralimitada y
abusiva, que desconocía la situación de Venezuela, en el sentido que Venezuela
no constituye ningún tipo de amenaza para EEUU. Sin embargo, los comunicados de
la MUD ([19])
y de sectores de la oposición radical que piden la salida inmediata de Maduro
desde el discurso de “renuncia ya” ([20]),
se manejan entre unos desde la ambigüedad y otros desde una aceptación abierta
de una intervención de EE.UU en los asuntos internos del país.
Lo que ocurre con Venezuela es que es
un objetivo para la política exterior de EEUU porque reúne tres condiciones
básicas de aquellos países que EEUU ha sometido a intervención a lo largo de la
historia. En primer lugar, es un país con excepcional condición geográfica
dentro de Sudamérica, que además cuenta con la mayor reserva de petróleo del
mundo, y eso -en esta coyuntura y en este contexto- significa mucho desde el
punto de vista geopolítico. En segundo lugar, Venezuela se desprendió de lo que
era la línea política de los EEUU hacia América Latina, sobre todo a partir del
año 2005, cuando se rechazó completamente el ALCA y los Tratados de Libre
Comercio sobre la región. Y eso también ha afectado la visión que tiene EEUU de
considerar a Venezuela como una colonia dentro de su “patio trasero”. Y en
tercer lugar, Venezuela ha desarrollado procesos electorales continuos y
sucesivos, prácticamente en todos los años, en los cuales se ha demostrado el
ejercicio de la voluntad de la soberanía popular. En Venezuela hay un ejercicio
continuo de la legitimidad democrática.
EEUU está intentando, justamente,
atrapar un problema de emulación que se da a nivel continental y mundial, con
relación a la posibilidad de construir alternativas al neoliberalismo y al
capitalismo “Made in USA”, tratando de enfatizar tres ejes fundamentales. En
primer lugar, la soberanía sobre los propios recursos. En segundo lugar, una
integración continental no subordinada a los EEUU. Y en tercer lugar, el
ejercicio de la democracia participativa, yendo mucho mas allá de lo que para
EEUU ha sido una especie de tótem político, que la democracia sólo llega a la
democracia representativa de partidos. Entonces, EEUU está tratando de
aleccionar a la Revolución Bolivariana, de amedrentarla porque la considera un
mal ejemplo para la región. Ha tratado de utilizar el pretexto de los derechos
humanos y el pretexto de la vulneración de la democracia, para legitimar su
propia política injerencista en los asuntos internos.
En términos del frente nacional, lo
que considero más relevante en este momento es que se trata de un tiempo de
definiciones ([21]),
de quiénes están efectivamente con la defensa del orden constitucional y de
todos los principios, valores y normas que están establecidos: soberanía,
autodeterminación, ejercicio de la democracia participativa, resolución de
nuestros asuntos internos a través de nuestros mecanismos jurisdiccionales,
declarar a América Latina y a Venezuela como una zona de paz. Todos estos
elementos están en juego.
Considero que es muy importante el
deslinde entre la defensa de estos elementos, principios, normas y valores; o
asumir una postura ambigua o claramente defensora de la interpretación que está
haciendo EEUU sobre la situación interna de Venezuela. Y ahí tenemos a los dos
sectores dominantes de la oposición que he mencionado antes: uno más ambiguo,
que hizo una declaratoria de las sanciones, que reconoció en parte que las
tareas políticas que tiene que hacer la oposición las está asumiendo el
gobierno norteamericano, y eso lo dice el propio comunicado de la MUD, que
plantea que lo que están haciendo los EEUU es un asunto que compete a la
oposición, pero no lo ha hecho suficientemente bien, por eso la orden
ejecutiva: “Recibimos con aprecio y agradecimiento el apoyo de la comunidad
internacional, pero no aspiramos ni admitimos que la comunidad internacional o
alguno de sus miembros asuma deberes que son nuestros.”
Es decir, ahí hay una postura muy
ambigua en relación a la orden ejecutiva, y esa oposición tiene que clarificar
cual es su criterio final. Y está el sector vinculado a la “Guarimba” del
primer semestre de 2014 de manera más abierta y explicita: Leopoldo López,
Antonio Ledezma y María Corina Machado, que señalan abiertamente que se
requiere de alguna modalidad de apoyo o injerencia externa para salir del
“régimen” y de la “dictadura”, tal como ellos la conciben e interpretan. Esta
es básicamente una interpretación que está totalmente fuera del reconocimiento
del orden constitucional legal, e incluso de lo que han sido los elementos
fundamentales de integración continental, todas las reflexiones y declaraciones
que ha hecho UNASUR, CELAC, Mercosur y el ALBA sobre la democracia.
La oposición no ha tomado una clara
delimitación de la gravedad de la situación. Ellos siguen pensando que esta
orden ejecutiva implica simplemente sanciones individualizadas en Venezuela,
sin tomar en consideración que el marco que permite la fundamentación,
justificación y legitimación de estas sanciones es mucho más amplio y le
deja los brazos libres a cualquier tipo de acción o intervención en
materia de bloqueo económico o de injerencia militar sobre los asuntos en
Venezuela. Dice la MUD: “Hay que distinguir entre sanciones a un país y
sanciones a unas personas, por lo que hemos sido consistentes en rechazar las
medidas generales contra una nación entera. Pero eso nada tiene que ver con las
consecuencias personales que a individuos puedan acarrear el cometer actos que
violen los Derechos Humanos o atenten contra el patrimonio público y el
bienestar de sus conciudadanos.”
Llama
la atención el momento político para estas medidas de EEUU, con elecciones
parlamentarias en el horizonte. Esto obliga a la oposición a definirse en
relación a la “dos bandas” que menciona Maduro, acerca de actuar dentro de la Constitución,
o fuera de la Constitución. Esto podría tener el efecto de que no lleguen
unificados todos los sectores de oposición a las elecciones, entonces
surge la pregunta sobre si hay otros elementos de orden externo. ¿Cuál es
tu análisis? ¿Por qué EEUU toma esa medida en este momento, sabiendo que puede
contribuir a legitimar a la Revolución Bolivariana? Cuesta creer en la opción
del error.
En este momento hay una fuerte
ofensiva diplomática por parte de EEUU para recuperar espacios perdidos, desde
hace dos años hasta acá. Hemos visto a Biden, a Kelly, a Kerry, a Roberta
Jacobson, –estamos hablando de la Casa Blanca, del Pentágono, del Departamento
de Estado- dando declaraciones sobre la posición de EEUU de recuperación de
espacios de influencia hacia el continente en su conjunto.
Es importante analizar en el
continente sudamericano la posición de los puntales geopolíticos, que son
Argentina y Brasil. EEUU está metiendo presión sobre estos países. En
Argentina, el caso Nisman fue impulsado hasta un punto morboso tratando de
utilizarlo para crear una matriz contraria al gobierno, al igual que el cao de
los Fondos “Buitre”. En el caso de Brasil, el triunfo de Dilma por estrecho
margen ha generado una situación de correlación de fuerzas muy distinta a la
que venía dándose, con un Congreso cuya composición muestra el complicado
cuadro de fuerzas para avanzar en una política progresista, con justicia social
y post-neoliberal. Entonces, hay una debilidad en la correlación de fuerzas de
los gobiernos progresistas que está permitiendo que EEUU avance con mayor
agresividad en su política, que intenta sin duda recuperar espacios debilitados
o perdidos. Es este cuadro que el horizonte no parece ser el mismo que el que
permitió en el año 2005 sacudirse el yugo del ALCA.
También tenemos el caso de la Cumbre
de Seguridad Energética del Caribe, donde EEUU señaló tácitamente que el
enemigo fundamental para los países del Caribe era mantener los acuerdos de
PetroCaribe con Venezuela ([22]).
EEUU ha venido replanteando el tablero estratégico del continente y
Venezuela es un elemento clave de ese tablero.
Todas esas decisiones no pueden
considerarse simples errores de política, o escaramuzas internas de la política
de enfrentamientos entre republicanos y demócratas en los EE.UU, sino que son
elementos para analizar y desentrañar una estrategia geopolítica de mayor
alcance, que tiene varias aristas, incluyendo el proceso de negociación con
Cuba.
Sobre esto, mucha gente tiene
expectativas, pero uno no puede dejar de tener suspicacias de que EEUU va a
desarrollar una táctica distinta para cumplir los mismos objetivos: minar
finalmente el proceso revolucionario cubano e impedir que otros procesos en
América Latina puedan escaparse del yugo neoliberal ([23]).
Tratar de alguna manera de socavar por otros medios la situación cubana.
Uno de los puntos clave en la próxima
Cumbre de las Américas es que Cuba asuma gradualmente el modelo político de la
“democracia representativa de partidos” como un elemento clave para la negociación
de su situación interna ([24]).
Si lo llevan ahí, estamos volviendo a los orígenes de la expulsión de Cuba de
la OEA, al señalar que Cuba no era una democracia bajo los parámetros del
Departamento de Estado, que era un régimen que amenazaba, también, la situación
de seguridad nacional de EEUU.
En EEUU se está dando un fuerte
debate interno entre las fuerzas republicanas y demócratas para definir cuál va
a ser la estrategia de recaptura de los que ellos llaman “el patio trasero”.
Pero la meta geopolítica es compartida. Se disputan los medios para alcanzarla.
Quizás Obama, como han señalado algunos personajes en EEUU, expuso de manera
descarnada la estrategia y no fue gradual ni incrementalista con medidas de
presión sobre la dignidad y la autodeterminación de Venezuela. En algunos
medios y círculos internos de los EE.UU, lo que se le está cuestionando a Obama
es que no dividió suficientemente a América Latina antes de proceder a aplicar
este tipo de sanciones ([25]).
Que tenía que agotar todavía una estrategia de fragmentación de la unidad
política sudamericana y continental para que la estrategia tuviera eficacia. Lo
que están señalando es que ahora América Latina ha asumido una defensa
continental de Venezuela. Y esperan que esta defensa sea más bien débil y
declarativa, que una articulación continental fuerte en defensa de principios irrenunciables
como la independencia, la soberanía, la autodeterminación, la igualdad entre
los Estados, la declaración del continente como una zona de paz, libre de bases
militares extranjeras ([26]),
la resolución pacífica de los conflictos y la necesidad de modelos de
desarrollo con justicia social, alejados de los parámetros de los dogmas
neoliberales.
No hay que olvidar los antecedentes
del año 2002 hacia acá. Además del intento de golpe y el paro sabotaje
petrolero en Venezuela, luego vinieron el golpes “constitucionales” en
Honduras, el “golpe constitucional” en Paraguay, lo que han instalado como
doctrina de los “golpes constitucionales”, tanto así que en la reciente marcha
en Brasil de la derecha se escuchaba con claridad la tesis de la “intervención
militar constitucional” ([27]).
Esta nueva estrategia está a la orden del día en América del Sur. Recordemos el
intento de dividir también la integridad territorial de Bolivia y presenciamos
el llamado intento de asonada golpista en Ecuador.
En este momento hay una situación que
implica necesariamente hacer un llamado a Nuestra América para que analice con
profundidad histórica y claridad programática, ideológica y política, que lo
que está ocurriendo en Venezuela afecta y afectará a todo el continente
latinoamericano. Y que EEEUU ha dado un paso muy grave, con un método
completamente extralimitado para intervenir en los asuntos de América Latina y
en particular en Venezuela.
Respecto
a esto, tenemos el caso de las declaraciones del vicepresidente de Uruguay,
diciendo que no tenía elementos para afirmar que había injerencia. Pero además
la Cancillería argentina demoró dos días en emitir un comunicado oficial y
entre tanto, la única declaración que hizo el jefe de Gabinete fue que las
medidas de EEUU no le parecían “saludables”. Y la cancillería brasileña no hizo
ningún comunicado oficial hasta la cumbre de Unasur. Es decir, es un panorama
complejo, en perspectiva…
Sí, yo te diría que hay que poner las
barbas en remojo en el continente, porque se ha intentado poner a arder las
barbas del vecino venezolano. Cuando veas las barbas de tu enemigo arder, pon
las tuyas en remojo. Y la mejor defensa es una ofensiva continental en defensa
de la soberanía, la independencia y la autodeterminación de Venezuela.
También pienso que hay una visión
continental hacia la situación interna venezolana que debe clarificarse a breve
plazo. Esto tiene mucho que ver con que existan factores de gobierno y
oposición que se sienten con seriedad a debatir una agenda de estabilidad
política para el país. Una agenda que respete de manera muy clara que hay un
cronograma de tiempos constitucionales y electorales que no pueden saltarse “a
la brava”. La oposición venezolana aún desconoce la legitimidad electoral del
Gobierno de Maduro. Uno de los elementos más importantes para reclamarle a la
oposición en Venezuela es que hasta ahora no ha reconocido a Nicolás Maduro
como Presidente y siempre ha sembrado dudas sobre la legitimidad democrática
del gobierno. Es un hecho anómalo en la estabilidad política democrática en la
región.
Algunas reservas que se han
manifestado en el continente tienen que ver con el diálogo político en
Venezuela y ciertamente creo que es necesario generar todas las condiciones
favorables para el diálogo político, pero colocando sobre la mesa un conjunto
de normas, principios y valores que comprometan a los actores nacionales a
respetar absolutamente la soberanía popular y la independencia de Venezuela
ante amenazas y presiones externas. Porque se ha tratado de utilizar estas
mediaciones internacionales como factores que intervienen para favorecer a uno
u otro actores de las controversias. Mientras sea así, obviamente el diálogo
está prácticamente viciado.
En el caso de Uruguay, también hay
que decir que hay un cambio electoral. Asume un sector del Frente Amplio que ya
en el pasado tuvo diferencias con Chávez, y que va a tomar distancias. Incluso
el presidente Tabaré Vázquez, en absoluto ejercicio de su soberanía, planteó
estar de acuerdo con la firma de un Tratado de Libre Comercio con EEUU ([28]).
Después, con Pepe Mujica, eso se echó para atrás. Entonces, también hay
posicionamientos que colocan los intereses de cada uno de los países de la
región en una agenda de política exterior frente a los EEUU.
En el caso de Argentina y Brasil,
creo que lo fundamental –y se hizo viable a través del presidente y la
cancillería de Ecuador- era que hubiera un comunicado de UNASUR en el corto
plazo. Era imprescindible que no pasara mucho tiempo para no generar una
situación, que obviamente es latente, de fragilidad en algunos actores
políticos para tener una posición más firme ante los EEUU.
Recordemos también que la situación
interna de Venezuela se conoce en el exterior fundamentalmente a través del
filtro de los grandes medios de comunicación, y que la opinión pública está
siendo orquestada, tanto en Brasil como en Argentina, y la imagen que tienen
es, en término de análisis de matrices de medios, tendencialmente negativa.
Entonces muchos de los actores, sin conocer in situ la situación efectiva de
Venezuela, a veces se han lanzado a declaraciones, yo diría… precipitadas sobre
la situación del país, sin tener información primaria o un contacto más cercano
a la situación real.
Pero ciertamente, percibo que hay un
debilitamiento de los factores de poder que pudiesen contener con mayor firmeza
y energía este tipo de iniciativas de los EEUU. Y ese es uno de los grandes
retos a mediano y largo plazo que hay que consolidar en el continente. Si no
puede ser a través de los gobiernos, tendrá que ser a través de los movimientos
populares, porque tal vez los gobiernos progresistas en América Latina han
empezado a dormirse, a quedarse rezagados en el ejercicio del poder
gubernamental, sin tomar en consideración la agenda de demandas ya aspiraciones
de los movimientos populares, que fue precisamente lo que los llevó a los
lugares donde están.
Entonces hay que recuperar esos hilos
y esas identificaciones de los gobiernos con los procesos de organización
popular, anti-neoliberales, de recuperación de la soberanía nacional y del
desarrollo con justicia social, para entender cómo se están replanteando la
correlación de fuerzas en este nuevo tiempo. En un tiempo, además, donde no
podemos perder de vista que hay una crisis en torno a cómo se está resolviendo
el tema energético mundial. Hay una política muy agresiva de EEUU y Europa
hacia Rusia. Tenemos un Medio Oriente convulsionado por una intervención de
naturaleza bastante inusual y extraordinaria y hay una recomposición de fuerzas
en el norte de África. Hay una suerte de invariante histórica que señala que
cuando los imperios entran en decadencia se vuelven cada vez más agresivos y
comienzan a utilizar preferentemente mecanismos militares o de amenaza de uso
de la fuerza para resolver sus propias contradicciones. En este caso su
contradicción fundamental es mantener su posición hegemónica en el orden
mundial.
¿Qué
cabe esperar en cuanto a intervención militar, no necesariamente en términos
convencionales, y también en relación al plano económico, financiero y
comercial?
Mira, resulta sospechoso que
justamente cuando se están dando estas condiciones de amedrentamiento del
gobierno norteamericano se visibilicen demandas en el CIADI ([29])
por políticas de “nacionalizaciones” de empresas que se hicieron en Venezuela.
También comienza una campaña para presentar a Venezuela como una entidad que
está asociada a la violación de regulaciones financieras de alcance
europeo o internacional ([30]).
El tema del lavado de activos y la corrupción se posiciona en la construcción
de la agenda temática de la opinión pública.
Dada la situación interna de
Venezuela, que es una combinación bastante complicada de sabotaje económico y
manejo inadecuado de aspectos claves de la políticas macro-económicas
(fiscales, cambiarios y monetarios) para la coyuntura, la política de EEUU
puede ser meterle más presión a la línea de acción del sabotaje económico.
Presión sobre el tipo de cambio, presión sobre sectores importadores,
proveedores de materias primas, presión a la banca para intentar que las
calificadoras de riesgo coloquen a Venezuela como un país de mucho más riesgo
que el real. Es decir, como plantea explícitamente Obama, tratar de “torcerle
el brazo” al gobierno para que asuma políticas económicas favorables a los
intereses de los EEUU. Eso en el terreno económico, comercial y financiero.
Desde el punto de vista militar, es
muy claro que Venezuela no tiene ningún tipo de posibilidad de desafiar el
poder militar convencional de EEUU. De hecho, EE.UU ensaya una modalidad de
guerra no convencional hacia Venezuela desde el año 2002. Todavía hay dudas hoy
sobre las verdaderas causas de la enfermedad de Chávez. Nosotros tenemos
también, un problema, denunciado desde hace largo tiempo, que es la progresiva
infiltración de paramilitares colombianos en Venezuela, de células durmientes,
que pudiesen operar junto fuerzas especiales de otros países, o con las
unidades organizativas vinculadas a la protesta opositora venezolana, cuyas
acciones en las llamadas guarimbas muestran indicadores sobre un nivel de
organización, preparación y logística que le hacen ver que no se trata de
protestas ni espontáneas ni pacíficas. Son protestas organizadas, con un
entrenamiento en la confrontación de calle, con redes de comunicación,
logística, con apoyo financiero y económico que hace sospechar que se ha dado
una suerte de invasión silenciosa, para situaciones de conflicto mucho más
intensas que las que se han dado hasta ahora. Es posible que se trate de
planes de acción para situaciones de escalamiento de las tensiones internas.
Evidentemente, la guerra de esta
época no es la de la invasión de los marines en la Nicaragua de Sandino, o en
la República Dominicana con Bosch, o necesariamente un bombardeo desde un país
vecino como ocurrió en la Guatemala de Arbenz. Hay una estrategia de guerra no
convencional desde EEUU hacia Venezuela, que implica tomar en cuenta cómo han
sido las formas de intervención más recientes en el Medio Oriente y en la
cuenca sur del Mediterráneo, para no hablar de todas las “revoluciones de
colores”. Injerencia puede ser por ejemplo bloquear electrónicamente el espacio
aéreo venezolano, la intrusión en redes telemáticas, el sabotaje de unidades
militares, de empresas estratégicas, con operaciones militares encubiertas, de
atentados y asesinatos selectivos.
Hay un menú bastante complejo de
operaciones antes de suponer que se trata de intervención militar convencional.
No hay que esperar un cerco de portaaviones y buques misilísticos, el
sobrevuelo de aviones tripulados o no tripulados en la fachada caribeña,
atlántica o andina venezolana para hablar de intervención militar. Podría ser
en algunas hipótesis de intervención el colocar tropas solo en puntos clave del
territorio, por ejemplo para controlar refinerías, bloquear sistemas de
transporte, o bombardear puentes, represas o locaciones estratégicas, como
comunicaciones o electricidad.
Yo particularmente no conozco en
detalle esta materia, pero lo que estoy seguro es que la ofensiva sobre
Venezuela es claramente una ofensiva combinada de presión económica,
diplomática y de amenaza militar, al menos de baja intensidad. Y que eso está
generando una afrenta al orden nacional. También recordemos que hay otros
asuntos paralelos que están en el ambiente, por ejemplo utilizar el tema del
narcotráfico para justificar una intervención, como sucedió en Panamá en 1989 ([31]).
Es un tema para encarar en el asunto
en Venezuela. Desde mi punto de vista, hay que evitar llegar a estos
escenarios; y el país podría contar con cuatro factores que lo pueden ayudar a
intentar el objetivo prioritario en este momento, que es derogar esa orden
ejecutiva. En primer lugar, un escudo geopolítico continental: lograr una
integración y una unidad política férrea en defensa de la soberanía nacional.
Creo que sería importante también un llamado abierto del Papa Francisco para
crear condiciones de diálogo y a para la derogación de la orden ejecutiva de
Washington. Creo que sería importante que los sectores religiosos defensores de
la paz, los movimientos populares y los gobiernos le hicieran un llamado al
Vaticano, para que también hiciera un reclamo explícito al gobierno
norteamericano para frenar esta injerencia en los asuntos internos de los
países.
En segundo lugar, creo que es
importante desarrollar la fortaleza moral del pueblo venezolano en la defensa
de su dignidad nacional y su soberanía, más allá de las adscripciones
ideológicas, políticas y partidistas de cada quien. Hay un objetivo prioritario
que es la defensa de tu Constitución y de tu país, ante una amenaza de orden
internacional, en este caso de EEUU.
En tercer lugar, la movilización
popular. La Revolución Bolivariana sólo ha disuadido a intervenciones de EEUU
cuando ellos han calculado que los costos de cualquier injerencia son mayores
que los beneficios, en términos del debilitamiento de la movilización popular
en Venezuela. Es decir, en la medida en que hay mayor fortaleza y acumulación
de fuerzas en los sectores populares venezolanos, es mucho más costoso
políticamente intentar una intervención.
En cuarto lugar, un elemento clave
del proyecto bolivariano es el nuevo papel de las fuerzas armadas, que es la
unidad cívico militar. En América Latina se ha intentado sembrar la tesis de
que hay una militarización de la política en Venezuela. Y lo que ocurrió -que
lamentablemente no se ha comprendido adecuadamente- ha sido una transformación
radical desde el punto de vista doctrinario respecto a las concepciones
convencionales sobre el rol de las Fuerzas Armadas en América Latina, que
históricamente han sido utilizadas fundamentalmente para reprimir los procesos
de politización del movimiento popular.
En el caso venezolano, hay una
doctrina de fuerte raigambre bolivariana, en la cual se señala que el rol
fundamental de las Fuerzas Armadas es defender las garantías sociales
establecidas actualmente en la Constitución ([32]).
Que las fuerzas armadas levanten su espada para contribuir con el desarrollo
económico con justicia social en el continente. Es decir, que los
militares no se despreocupen de la situación de pobreza, de miseria, de
desigualdad, de las injusticias sociales, sino que contribuyan en tareas
para reducir la desigualdad, para construir sociedades más justas en el
continente. Y ese cambio doctrinal, ese distanciamiento radical del proyecto
bolivariano con relación a lo que ha sido históricamente el rol de las fuerzas
armadas desde las nefastas Doctrinas de Seguridad Nacional (DSN) ([33])
y la Escuela para las Américas ([34])
es una revolución silenciosa, que poco se ha estudiado como elemento de luchas
contra-hegemónicas. Obviamente, este es un camino hecho a medias, con sus
propias contradicciones. Pero desde el punto de vista programático hay un
conjunto de principios, objetivos e instrumentos de políticas que rompen
completamente con la visión de EEUU y lo que fue la Escuela para las Américas,
que fue una escuela para la represión de los procesos de politización del
movimiento popular en todo el continente. Entonces yo creo que estos cuatro
elementos son factores claves para coadyuvar a contener y derogar esta
iniciativa del gobierno norteamericano para intervenir en los asuntos de
Venezuela.
Si el asunto hubiera sido
exclusivamente sancionar a funcionarios, todo el marco interpretativo que
fundamenta y contextualiza las sanciones es completamente extralimitado e
innecesario. El marco de fundamentación les deja las manos libres para
cualquier tipo de intervención a los EEUU en los asuntos internos de Venezuela,
que puede ser tomando como precedente para otros países de América Latina.
Me llama mucho la atención ese doble
discurso del Congreso y del Gobierno Norteamericano con relación a los DD.HH.
Pero lo más grave de esto es el marco de justificación de las sanciones,
utilizando fundamentaciones que desde mi punto de vista son falsas, o por lo
menos muy débiles y distorsionadas. La fundamentación de esta orden ejecutiva
es una extralimitación totalmente grotesca y lo que enseña no es tanto lo que
ocurre en Venezuela sino la ambición de poder de EEUU.
Cuando uno analiza la orden
ejecutiva, puede ver allí cuál es la voluntad de dominio del gobierno de EEUU
hacia Venezuela, hacia el continente y hacia el orden global ([35]).
Ellos consideran que la soberanía no tiene límites ni fronteras, que la
soberanía es extraterritorial, es global. Y eso es lo que define de manera
rigurosa el carácter imperialista de una política exterior de un Estado nación.
Cuando no respeta la autodeterminación, la soberanía y los límites, los
derechos y garantías del resto de los países y los subordina como si fueran
protectorados o colonias.
En
este marco tan complejo, con actores y también tendencias de diverso signo,
como puede ser la necesidad de diálogo con sectores de derecha que no están de
acuerdo con la injerencia de EEUU, pero también la necesidad de profundizar la
movilización y la organización del pueblo, ¿dónde queda el camino señalado por
el presidente Maduro en torno a superar el Estado liberal burgués y construir
el Estado comunal, que es el planteo de Hugo Chávez?
Desde el punto de vista estratégico,
no debería existir ningún tipo de duda o retroceso en torno a la necesidad de
profundizar el proceso bolivariano. Ahora, desde el punto de vista táctico,
desde el punto de vista del rodeo táctico, de la maniobra política, creo que
este es un excelente momento para evaluar cuáles son las mejores condiciones
para alcanzar objetivos intermedios que nos pueden llegar a hacer alcanzar los
objetivos finales. ¿Por qué te señalo esto? Porque considero que hay tendencias
en Venezuela que creen que se pueden alcanzar los objetivos finales de la
revolución socialista sin pasar por un conjunto de mediaciones estratégicas y
tácticas, que tienen que ver con las circunstancias políticas que uno tiene que
aprovechar para generar procesos reales, concretos, de acumulación de fuerzas.
Un discurso radical que desconoce la relación entre acumulación de fuerzas y
correlación de fuerzas es parte del paisaje del ultra-izquierdismo, por demás
irresponsable ([36]).
Nosotros podemos estar de acuerdo con
sectores, vamos a llamarlos, radicales del “chavismo” que consideran que
cualquier maniobra pareciera que fuese en contra del proyecto de Chávez, de su
legado revolucionario y socialista ([37]).
Pero creo que en este momento hay una situación que exige tener una claridad
estratégica y sin renunciar a ella, hay que establecer un conjunto de
escenarios de acumulación de fuerzas que implican variantes de maniobras
tácticas, que implican ofrecerle a la gente a corto plazo, objetivos
intermedios necesarios para alcanzar condiciones para conquistas de carácter
estratégico.
Yo no creo que actualmente haya una
situación de flujo revolucionario, de oleada de entusiasmo popular, más bien
creo que hay un punto de critico detonado por la enfermedad y fallecimiento de
Chávez, que obliga a una recuperación del reflujo derivado de la pérdida física
de su principal líder político ([38]).
Y esa situación está muy influenciada y sobre-determinada por la estrategia de
guerra y de sabotaje económico, que está golpeando en sectores cuyo compromiso
con la revolución pasa mucho por la resolución inmediata de demandas y
aspiraciones materiales. A la Venezuela Bolivariana la están tratando de rendir
por mecanismos de presión económica y psicológica.
Creo que este es un momento para
reflexionar y para utilizar una frase muy trillada, pero que no siempre se
comprende bien, que es hacer un “análisis concreto de la situación
concreta”, que es comprender el diagrama de las fuerzas sociales ([39])
en pugna en un momento específico y entender cómo se puede modificar ese
diagrama en beneficio del avance del proyecto bolivariano. En este momento me
parece muy difícil plantearle a la gente como elemento movilizador exclusivo la
defensa de las orientaciones anti-capitalistas del proyecto bolivariano.
Las tareas de la transición
post-neoliberal y post-capitalista no implican automáticamente las tareas
socialistas inmediatas. Este es un momento fundamental para consolidar una
“unidad antiimperialista” ([40])
y por otro lado generar condiciones políticas favorables para que el gobierno
pueda tener al frente interlocutores de la oposición válidos para construir una
agenda política mínima común, que permita mejorar las condiciones económicas,
sociales y estabilizar la situación política del país a corto plazo. Aquí hay
riesgos de variada naturaleza, desde el más crudo oportunismo de derecha, hasta
el más irresponsable sectarismo de ultra-izquierda. Si no se logra entender la
planificación de situaciones, y el avance en condiciones objetivas y
subjetivas, creo que no podrá plantearse con éxito objetivos de mayor
envergadura, de mayor alcance.
Creo que nosotros hemos tenido muchos
prejuicios para plantear este tipo de temas en la actualidad de la Revolución
Bolivariana, porque creemos que plantearlos significa necesariamente algo así
como renunciar al legado revolucionario de Chávez.
Creo que lo que hay que mantener es
un compromiso sobre las estrategias y los objetivos finales de este proyecto,
pero también hay que tener un análisis muy riguroso sobre las condiciones
objetivas y subjetivas que hacen posible llegar a ese propósito. Y a veces
pecamos por exceso de voluntarismo o por defecto de voluntarismo. Pensar que es
imposible, que hay que renunciar al proyecto de Chávez y que hay que convertir
al proceso en una suerte de social-democratización de la Revolución
Bolivariana. Volver a la tesis de administrar una suerte de capitalismo nacional
autónomo con inclusión social ([41]).
O por otro lado, otros sectores plantean lo urgente de un salto revolucionario
sin tener en consideración la acumulación de fuerzas necesarias para abordar
las exigentes tareas de reconstrucción productiva nacional, de modificación de
las relaciones de producción, de construcción de otra sociedad, sin considerar
las graves deficiencias, vulnerabilidades y rezagos en el mundo económico
productivo del país, el carácter rentista, atrasado y atrofiado de nuestra
estructura económica y social. En muchos discursos todavía aparece el viejo
guion de “O reforma o revolución” ([42]).
Tenemos que decirlo claramente:
Venezuela es un país rico desde el punto de vista rentista, pero desde el punto
de vista productivo es un país muy pobre, con una estructura productiva muy
precaria, heterogénea, de baja productividad. Tenemos que producir esa
mediación entre el país rico rentista y el país rico productivo generando
desarrollo económico con justicia social, fortaleciendo el poder popular. Ese
eslabón no ha podido labrarse adecuadamente, modificando además la correlación
de fuerzas políticas y generando, eso sí, efectivamente, como una de las
palancas de ese desarrollo con justicia social al poder popular, a la economía
comunal, al sistema de economía social como un elemento clave de esa
nueva economía productiva.
Este es un tema de largas
discusiones, que tiene otro alcance, pero creo que puede ser un momento también
para analizar que no podemos virar hacia la social-democratización de la
revolución, pero tampoco para suponer que Venezuela está a dos pasos y medio de
conquistar el pleno socialismo, incluso para algunos el salto al comunismo del
siglo XXI. Más bien lo que tenemos son todos los retos y todos los dramas y las
exigencias de un proceso de transición, primero post-neoliberal y después
post-capitalista, los retos del desarrollo humano integral, de reinventar el
socialismo desde abajo, con democracia participativa y protagónica, en las
condiciones de un país extractivista, dependiente, todavía subdesarrollado en
lo productivo, en lo agroindustrial, por ejemplo.
Particularmente yo soy partidario de
la utopía concreta y del sueño revolucionario anticapitalista, pero creo el
momento exige astucia, no temeridad, en términos de estrategia y táctica a la
hora de analizar bajo qué condiciones es posible construir las mediaciones
político-estratégicas para alcanzar ese proyecto, ese horizonte. Eso se ve en
la Revolución Bolivariana en este momento: la posibilidad de que haya
tendencias y de hecho las hay, que dividen y confunden el campo bolivariano
entre sectores que aparecen como más moderados e incluso algunos como
entreguistas y negociadores y sectores más radicales, más principistas, que
están anclados en la fidelidad al legado revolucionario de Chávez. Este es el
momento de re, re-politizar, re-agrupar, unificar y generar un debate político
en profundidad y con altura sobre la encrucijada que se está viviendo
actualmente en el país y colocar, eso sí, un método de discusión, reflexión,
debate y contribución que en vez de agriar el clima lo que hace es enriquecerlo
y fecundarlo para encontrar salidas y contribuir a apoyar al gobierno ante la
amenaza imperialista ([43]).
Creo que el gobierno de Nicolás
Maduro no sólo heredó la potencia simbólica del legado de Chávez, sino que
también se está enfrentando a circunstancias y desafíos inéditos, incluso de
cambios de correlaciones de fuerzas internacionales que implican que
tenga que maniobrar con mucha mayor prudencia frente al escenario internacional.
Para cerrar, te diría que hay que
apoyar críticamente al gobierno y que la crítica sea concebida fundamentalmente
como un necesario elemento para proponer alternativas a quienes tienen que
tomar decisiones. Pero la crítica no puede ser el pretexto para deslegitimar o
contribuir a deslegitimar al gobierno bolivariano, así sea de manera colateral
o muy tangencial. Uno tiene que ser muy responsable en estos momentos. El hecho
mismo de la amenaza de EEUU genera un buen momento para discutir no sólo la
dimensión política del compromiso con el proceso bolivariano, sino también la
dimensión ética, la responsabilidad de lo que uno está haciendo, poniendo cada
granito de arena en cada lugar para mejorar la correlación de fuerzas en favor
del proyecto bolivariano. Eso sí, sin desconocer que la reflexión crítica, las
propuestas, las alternativas, son importantes.
Fernando Vicente Prieto
@FVicentePrieto
*NOTAS ADICIONADAS LUEGO DE LA
ENTREVISTA:
[1] http://m.whitehouse.gov/the-press-office/2015/03/09/executive-order-declaration-national-emergency-respect-venezuela; https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2015/03/09/fact-sheet-venezuela-executive-order;
[2] Respuestas
para Dudar ¿Sanción o Intervención? Astolfo Sangronis Godoyhttp://www.rebelion.org/noticia.php?id=193485&titular=%BFsanci%F3n-o-intervenci%F3n?-
[4] http://www.radiomundial.com.ve/article/estados-unidos-ha-emitido-65-declaraciones-injerencistas-contra-venezuela-este-2015-audio; http://www.avn.info.ve/contenido/estados-unidos-arrecia-acciones-injerencistas-para-socavar-paz-y-democracia-venezuela
[5] El
ajedrez detrás del acercamiento entre Cuba y EEUU Juan Manuel Karghttp://www.rebelion.org/noticia.php?id=193729&titular=el-ajedrez-detr%E1s-del-acercamiento-entre-cuba-y-eeuu-; La victoria cubana y sus posibles consecuencias
Guillermo Almeyrahttp://www.rebelion.org/noticia.php?id=193479&titular=la-victoria-cubana-y-sus-posibles-consecuencias-; “Aun cuando un día formalmente mejoraran las
relaciones entre Cuba socialista y el imperio…”* Fidel Castro Ruz; EEUU y Cuba:
un denso diálogo.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=193746&titular=%93a%FAn-cuando-un-d%EDa-formalmente-mejoraran-las-relaciones-entre-cuba-socialista-y-el-imperio%85%94*-
Atilio Borón http://www.rebelion.org/noticia.php?id=194621&titular=eeuu-y-cuba:-un-denso-di%E1logo-; Cuba y Estados Unidos: ¿Una Nueva Era? Ricardo
Alarcón de Quesadahttp://www.rebelion.org/noticia.php?id=194383&titular=cuba-y-estados-unidos:-%BFuna-nueva-era?-.
[6] http://www.eljoropo.com/site/congreso-de-eeuu-impone-nuevas-sanciones-a-funcionarios-de-venezuela/, Una clara violación a nuestra soberanía. Conozca
el proyecto de Ley que EEUU prepara para “salvar” al pueblo venezolanohttp://www.aporrea.org/internacionales/n251442.html
[7] http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/274960/comunicado-completo-del-tsj-sobre-las-sanciones-de-ee-uu-contra-el-estado-venezolano/
[8] COMISIÓN
DE POLÍTICA EXTERIOR RECHAZÓ SANCIONES DE EEUU CONTRA VENEZUELA
http://www.asambleanacional.gob.ve/noticia/show/id/9990
[9] http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/150204/venezuela-rechaza-nuevas-sanciones-de-estados-unidos, http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/politica/cancilleria-emite-comunicado-tras-anuncio-de-sanci.aspx,
[10] John Kerry, Secretary of State: "Latin America
is our back yard"http://english.pravda.ru/world/americas/23-04-2013/124377-latam_backyard-0/
[11] Comunicado
de la Unión de Naciones Suramericanas sobre el Decreto Ejecutivo del Gobierno
de los Estados Unidos sobre Venezuela http://www.unasursg.org/es/node/169
[12] http://www.telesurtv.net/news/ALBA-rechaza-posibles-sanciones-de-Estados-Unidos-a-Venezuela-20140314-0033.html
[14] http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/268676/mnoal-rechaza-sanciones-de-estados-unidos-contra-venezuela/
[17] Falcón:
"Orden ejecutiva de EEUU es un documento amenazante e injerencista"
http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/150311/falcon-orden-ejecutiva-de-eeuu-es-un-documento-amenazante-e-injerencis
[18] http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/150311/eduardo-fernandez-venezuela-nunca-ha-sido-una-amenaza
[19] http://www.unidadvenezuela.org/2015/03/mud-venezuela-no-es-una-amenaza-para-ningun-pais-son-las-politicas-del-gobierno-las-que-amenazan-y-coartan-el-derecho-de-nuestros-ciudadanos/
[20] María
Corina Machado: “Lo que es una amenaza es el régimen para cada uno de los
venezolanos”
http://www.lapatilla.com/site/2015/03/10/maria-corina-machado-maduro-hace-lo-que-le-da-la-gana/
[22] http://es.panampost.com/panam-staff/2015/01/28/ee-uu-insta-al-caribe-a-librarse-de-la-dependencia-del-petroleo-venezolano/
[23] ¿Cómo
reaccionar ante la amenaza de Obama? Por: Atilio Borón
http://www.aporrea.org/actualidad/a204878.html
[24] II
Cumbre CELAC: Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud Por: Miguel
Ángel Guaglianone Rodríguez http://www.aporrea.org/internacionales/a181375.html
[25] http://www.6topoder.com/2.0/1/13001/dilogo-interamericano-sanciones-a-venezuela-son-una-mala-jugada
[27] http://www.diariolavoz.net/2015/03/15/mas-de-350-mil-manifestantes-protestaron-contra-rousseff/
[28] El
retorno de Tabaré Vázquezhttp://internacional.elpais.com/internacional/2014/12/03/actualidad/1417618661_265203.html; ¿Uruguay en la Alianza del Pacífico? Raúl Zibechi http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196224
[29] http://www.eluniversal.com/economia/150323/venezuela-solicita-al-ciadi-revision-de-fallo-en-caso-tidewater; http://www.noticiascandela.informe25.com/2015/03/ciadi-venezuela-debe-pagar-owens.html;
[30] http://www.eluniversal.com/economia/150314/arrestan-a-director-de-banco-de-andorra-por-lavado-de-dinero
[31] http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/15068/el-chorrillo-una-herida-abierta-de-la-invasion-de-eeuu-a-panama
[34]http://es.wikipedia.org/wiki/Instituto_del_Hemisferio_Occidental_para_la_Cooperaci%C3%B3n_en_Seguridad
[35] Crítica
a un anti-antiimperialismo mucho más bufo y estéril. Javier Biardeau R.
http://rebelion.org/noticia.php?id=196439
[36] Javier
Biardeau alertó sobre la estrategia continental de confinar a Chávez al olvido
http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/judith-valencia-comandante-abrio-gran-debate-socialismo-siglo-xxi-javier-biardeau-alerto-sobre-estrategia-continental-confinar-a-chavez-al-olvido/
[37] La
guerra de la socialdemocracia contra el imperio siempre será una bufonada Por:
Toby Valderrama http://www.aporrea.org/ideologia/a204622.html; Sí, somos una amenaza. Asamblea de Militantes: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196440&titular=s%ED-somos-una-amenaza-; Marea Socialista sobre la Orden Ejecutiva de
Obama “¡Vete al Carajo, yanqui de Mierda!”
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196341&titular=%93%A1vete-al-carajo-yanqui-de-mierda!%94-
[40] http://www.resumenlatinoamericano.org/2015/03/16/defender-la-revolucion-bolivariana-ante-la-agresion-de-los-imperialistas-yanquis-y-sus-lacayos-nuestro-ineludible-deber/
[41] Duro
de matar. El mito del desarrollo capitalista nacional en la nueva coyuntura
política de América Latina Atilio Alberto Borón: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11820167010; Concepciones Social-desarrollistas Claudio Katz: http://katz.lahaine.org/?p=240; Las batallas de Venezuela Claudio Katz: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=193415; El caos sistémico se instala en Sudamérica Raúl
Zibechi: http://www.jornada.unam.mx/2015/03/20/opinion/021a2pol,
http://www.rebelion.org/docs/148046.pdf; El Presidente Chávez cita el libro de Alan Woods
reformismo o revolución en el Alo presidente nº 315:
http://www.luchadeclases.org.ve/venezuela/psuv/6209-cmr
[43] “Límites
y perspectivas de la globalización neoliberal y nuevas formas de manifestación
del imperialismo contemporáneo”: Abelardo Mariña Flores:http://marxismocritico.com/2013/10/14/limites-y-perspectivas-de-la-globalizacion-neoliberal/; “El ‘Nuevo Imperialismo': Sobre reajustes
espacio-temporales y acumulación por desposesión”: David Harvey: http://marxismocritico.com/2011/11/02/el-nuevo-imperialismo-sobre-reajustes-espacio-temporales-y-acumulacion-por-desposesion/; “El redescubrimiento del Imperialismo”: John Bellamy
Foster: http://marxismocritico.com/2011/10/26/el-redescubrimiento-del-imperialismo/;